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George y Cléa se casaron, finalmente, en octubre de 2003, cuatro meses después de haber adoptado a Aaron y nueve meses antes de que naciera Freddie (puras casualidades de la vida, por supuesto).
Realmente no tenían intención de casarse para esas fechas, pues no tenían ninguna prisa, pero creyeron que sería lo mejor para Aaron.
La boda se celebró en París, en la casa de campo que el abuelo materno de Cléa le había dejado como herencia, a parte del dinero, tras su fallecimiento años atrás. El lugar fue decorado por su madre Amélie y Apolline, la madre de Fleur, que se ofreció a ayudar, ya que así la pareja no tendría que viajar antes de tiempo hasta allí para realizar los preparativos y se llevarían una sorpresa al llegar.
Lee ofició la ceremonia, mientras que Dimitri la tradujo para los franceses que no supiesen inglés.
George y Cléa escribieron sus respectivos votos como si fueran una de las cartas que se habían enviado en el pasado durante años mientras la distancia aún los separaba.
⋆★⋆
CARTA / VOTOS DE CLÉA.
Querido George:
¿Qué debo decirte hoy aquí, mi estúpido pelirrojo británico?
Estamos celebrando nuestra boda ahora mismo. Con nuestras preciadas familias y queridos amigos, mirándonos contentos por dar por fin este paso. Con nuestro precioso y primer hijo Aaron delante. Con nuestro único e inigualable Freddie observándonos desde del cielo.
Quien nos diría a nosotros que estaríamos haciendo esto hace nueve años, cuando nos conocimos, cuando eramos dos jóvenes atolondrados, despreocupados y enamoradizos que querían recorrer cada rincón del mundo y vivir miles de aventuras.
Quien me iba decir a mí que me enamoraría de uno de los dueños de aquella risa tan enérgica y atrayente que escuché cuando llegué el primer día a Hogwarts para el Torneo de los Tres Magos. Quien me iba a decir a mí que me enamoraría del gemelo contrario al que trato de ligar conmigo una vez. Quien me iba a decir a mí que me enamoraría del chico que enredaba con mi cabello y me hacía trenzas mal hechas. Quien me iba a decir a mí que me enamoraría del remitente de aquellas cartas tan preciosas y escritor de aquellas palabras tan hermosas.
Quien me lo iba a decir a mí, ¿eh, Georgie?
Pero aquí estamos ahora, a punto de unir nuestras vidas para siempre y creo que esto deja claro que me terminé enamorando profunda, irremediable e inequívocamente de ti.
Hemos pasado por mucho hasta llegar a este momento, hemos tenido que superar a la horrible distancia, algunos baches que nos puso la vida y sobre todo hemos tenido que soportar una desgarradora e insuperable perdida. Además, de llevar con nosotros para siempre el peso del error que cometimos ese 2 de mayo de 1998. Pero, pese a todo, hemos conseguido seguir adelante y forjar un camino juntos.
Y hoy, por fin, puedo decir con seguridad que ya no tendré que pensar más «je veux te voir», como en aquellos años separados, porque sé que a partir de este día, siempre que quiera verte, solo voy a tener que girar mi cabeza para hacerlo, porque tú estarás ahí, siempre a mi lado.
Je t'aime, Georgie.
Gracias por ser lo mejor de mi vida.
Gracias por hacerme tan inmensamente feliz, cada día.
Gracias, sencillamente, por ser tú.
De tu rubia francesa favorita,
Cléa Lacroix, pronto Weasley también.
⋆★⋆
CARTA / VOTOS DE GEORGE.
Querida Cléa:
Lo principal que debo decirte en este día es... gracias.
Gracias por darme el placer de formar parte de tu vida. Gracias por tener esa resplandeciente y encantadora sonrisa que anona a todos mis sentidos. Gracias por tener esos preciosos y grandes ojos azules que me miran como si fuera el mejor hombre del mundo. Gracias por ese lacio y bonito cabello rubio que tanto me encanta tocar y me tranquiliza. Gracias por ser tan simplemente preciosa y perfecta para mí. Gracias por haberte convertido en mi mejor amiga, pero también en la de Fred y Lee. Gracias por haber estado ahí cuando más te necesité y haber conseguido restaurar una parte de mi alma. Gracias por tener tanta paciencia conmigo y soportarme, a pesar de lo irritante y despreciable que me comporté contigo durante los primeros años después la perdida de Fred. Gracias por haberme ayudado a salir de la oscuridad, de la agonía, y darme la felicidad. Gracias por hacerme sentir cada día como el hombre más afortunado del mundo, solo por tenerte a mi lado, porque me hayas escogido a mí para pasar el resto de tus días. Gracias por nuestro primer hijo, por nuestro Aaron, y por los demás que vendrán. Simplemente, gracias.
Un día como hoy, pero de hace nueve años, llegaste a Hogwarts, cruzaste el Gran Comedor, te sentaste en la mesa de Ravenclaw y me robaste el corazón. Por eso, insistí en que hoy debía ser el día que nos casásemos, porque ese 31 de octubre de 1994 fue el día en que nuestros caminos se cruzaron y quería que este 31 de octubre de 2003 fuera el día en que nuestros caminos terminaran de unirse.
Y, extrañamente, a diferencia de todas las demás cartas que te envié en el pasado, no tenía mucho que escribir en esta. Porque todo lo que pienso y siento, ya lo sabes, ya te lo he dicho antes cientos de veces.
Solo diré una última cosa más:
Te quiero y te necesito, ahora y siempre, así que quédate conmigo hasta el final, hasta mi último aliento, tal y como me prometiste ese fatídico 2 de mayo de 1998 y de esa forma, tal y como yo te prometí ese día también, nunca me iré de tu lado y siempre estaré ahí para ti.
Del pelirrojo británico que más adoras,
George Weasley, tu pronto marido.
⋆★⋆
Muchos lloraron al escuchar sus votos, pero, por supuesto, el que más lloró fue Arthur.
Cabe decir que aunque se casaron y Cléa se volvió parte de la familia Weasley, ella decidió conservar su apellido y por lo tanto, su nombre completo pasó a ser Cléa Lacroix Weasley. Pero, en el área profesional, sigue utilizando y firmando solo con Lacroix.
