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En febrero de 1999, Hera tomó la decisión de someterse a una nueva operación, después de casi 10 años desde la última, para un trasplante de pulmón. Su familia no estuvo de acuerdo con su decisión, ya que la operación era muy arriesgada y temían que muriese. Sin embargo, Hera no cambió de opinión, porque según ella era mejor arriesgarse a estar toda la vida preocupada de poder morir si hacía alguna cosa que pudiera poner al límite su condición.
La verdad es que Hera estaba preocupada por su futuro con Draco cuando empezó a plantearse someterse al trasplante. Le preocupaba que si se casaban, no pudieran tener hijos ya que sería una situación muy riesgosa para ella o que si los tenían, ella muriese durante el parto. Le preocupaba mucho y aunque sabía que incluso con nuevo pulmón, su condición todavía seguiría siendo muy delicada, ya que aún le faltaría otro, no sería tan riesgosa como con su condición actual, en la que solo contaba con un trozo de uno de los pulmones.
Fue el medimago que la había tratado y operado tantas veces de niña, quien también se hizo cargo del trasplante. Y Gray lo acompañó como ayudante. Hera le había pedido que lo hiciera, porque, pasara lo que pasara, quería que él estuviera a su lado.
Draco, Luna y Hermione recibieron un permiso especial de McGonagall para salir del castillo y poder estar presente durante la operación.
Ellos tres, el reto del grupo de amigos y toda la familia Simmons y Parker, estuvieron esperando en los pasillos de San Mungo que la operación finalizase, altamente preocupados; en especial, estaban más preocupados Draco, Andrew, Jules, Theo y Luna.
La operación duró más de diez horas y aunque hubo un par de momentos en los que estuvieron a punto de perder a Hera, ella se aferró a la vida y terminó siendo un éxito.
Una vez terminó, Gray ya no fue capaz de contenerse más y comenzó a llorar sin parar, tal y como cuando se había enterado de que Hera tenía cáncer cuando era pequeño. Mientras tanto el medimago salió fuera y les dio la buena noticia a la familia, indicándoles que Hera era una verdadera luchadora y debían estar muy orgullosos de ella.
