Capítulo XIII

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Entre semana y mientras estaba con mi familia en la playa, recibí un mensaje de mi novio diciéndome que volvería el domingo 15 de julio al Areopuerto Internacional de Furtown aproximadamente a las 9:15 a.m. Esperé con ansias aquel fin de semana a que mi amado león volviera de su viaje así que había salido muy temprano de la casa para recibirlo. Al llegar al aeropuerto eran las 9:14 a.m. del día ya mencionado cuando Aurelius se bajaba del avión. Al verlo, lo saludé de lejos y de inmediato pude ver cómo él se acercó a mí para besarme de manera apasionada.

—Mi chiquito, te extrañé demasiado —decía él separando poco a poco su delicioso beso.

—Yo también, amor. Me hiciste mucha falta a lo largo de estas tres semanas esperándote —respondía yo apegado a su pecho— Espero que todo esté bien.

—Gracias al cielo todo está bien, mi leoncito. Mi padre ya está en casa y se recupera satisfactoriamente.

—¿Y qué fue lo que le ocurrió? —pregunté curiosamente

—Te responderé en el taxi mientras nos dirigimos hacia mi casa, Thadeus —respondió Aurelius cuando caminábamos hacia el vehículo.

—Está bien, Aurelius. Sabes que todo lo relacionado contigo me interesa saberlo.

Tomamos un taxi dirigiéndonos hacia su casa y allí el me había comentado que su padre había sufrido un desmayo. Producto de eso, se fracturó un brazo al caer todo el peso de su cuerpo sobre su extremidad superior.

—Oh, amor... Pero por fortuna está recuperado.

—Sí, bebé. Está muy bien. Es un león fuerte a pesar de la edad que tiene.

—Como tú, —dije yo acariciando uno de sus portentosos brazos- 

—Awww... Sí, como yo lindura mía —dijo Aurelius mientas sonreía ronroneando al acariciarlo.

Habiendo transcurrido casi media hora, llegamos a su casa. Allí, me quedé acompañándolo la mayor parte del día. Disfruté de muchos otros talentos que tenía como cocinar cuando realizó el almuerzo, jugamos un poco de tenis, estuvimos un tiempo en la piscina y compartimos el resto del tiempo juntos en su hamaca veraniega.

—Oh, Thadeus. Ha sido un día maravilloso contigo, leoncito mío —sonrió él acariciando mi melena y lamiendo mis mejillas.

—Lo sé, cielo. Fue un día estupendo al compartir contigo tus pasatiempos favoritos.

—Muchas gracias por ser parte de mi vida, mi amado novio —ronroneó él besando mis labios.

—No es nada, sabes que me haces muy feliz —dije correspondiendo al beso cálido que él me daba.

—Thadeus, ¿podrías quedarte esta noche conmigo aquí? —preguntó mi novio.

—Sí, si me quedaré aquí contigo —respondí inmediatamente acariciando su melena.

—¿Y tus padres, no se preocuparán por ti? —volvió a preguntar acariciando mis mejillas.

—Les diré que me quedaré en casa de mi novio, jajaja.

Ambos soltamos una enorme carcajada por lo gracioso que eso sonaba e imaginamos la reacción de mis padres.

—Eres malo, leoncito jajaja —rió él dándome otro beso.

—Deja los llamo, cielo.

Había llamado a mis padres para comentarles que no dormiría en casa así que ellos aceptaron que durmiera en casa de un amigo al comentarme que ya era mayor y que me cuidara. Obvio no les dije que era en casa de mi novio así que ellos consideraron que  podría dormir afuera.

El león de mi corazón [Furry/Bara] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora