Era una tarde como cualquier otra. El viento manipulaba el movimiento de las hojas de los pocos árboles que allí se hallaban, los pájaros cantaban y volaban de un lado a otro. Y, Superjail recibía a un invitado especial, a quien el guardián le había agarrado cariño con rapidez.
- Mmh, ¿quién es él~?
Se preguntaba mientras veía por medio de sus visores a un hombre con armadura dorada combatiendo contra sus robots y máquinas asesinas. Su corazón latía emocionado.
- No lo sé, señor. No hay registros suyos...
Dijo su paciente contador, preguntándose quién rayos era ese sujeto y rezando porque el otro no cometiera una locura, como siempre. Aunque fue demasiado tarde, pues el mismo pidió que lo trajeran.
- ¡Jailbot! –gritó, haciendo que el susodicho apareciera- ¡Ve a traerlo! –éste atravesó la pared- Eh, ¡se gentil!
Luego de media hora, los líderes de ambas islas ya se estaban presentando. Al parecer, ese hombre que tenía maravillado al guardián era el líder de su propio ejército. Por lo que contaba, era mayor que él, poco le importó.
- ¿Quieres dar un recorrido, Lord Stingray?
- Señor, no creo que sea la mejor idea que-
- Por supuesto que sí
Respondió Stingray con una gran sonrisa afilada, interrumpiendo a Jared. Todos procedieron a comenzar el recorrido, le enseñó el huerto, la biblioteca, la zona de tortura, el laboratorio (sus sitios preferidos), el cine, el patio, la cafetería; también le explicó los mecanismos de defensa que rodeaban la cárcel, le narró la historia de su padre que abusaba de él y lo obligaba a cometer actos de un asesino en serie. Que se hizo jefe cuando su padre se "suicidó", etc. En fin, casi invitándole a apoderarse del lugar, lo cual hizo, aunque no de la manera que esperaba. La noche no tardaba en caer, al igual que la armada de Superjail. Warden activó algunos de sus mecanismos de defensa, demostrándole a su "compañero" lo poderoso y genial que era, pero no se percató que al hacer esto, acabó al igual con una parte del ejército que perseguía al general, quitándole un peso de encima.
- Nada mal, Warden, nada mal.
Alagó el de la armadura, tratando de ocultar su sonrisa de satisfacción. Este poco afecto fue suficiente para el otro, dispuesto a mostrarle más. Jared se metió y le dijo que debía seguir trabajando. Muy en el fondo, sabía que su contador tenía razón, por lo que regresaron a su oficina. Alice llegó detrás de ellos, con un impermeable lleno de sangre.
- Hay una lluvia de brazos y piernas allá afuera.
Efectivamente, los misiles que atacaron el ejército "enemigo" causaron un sádico genocidio de miles de soldados, resultando con explosiones de todos los genitales de sus cuerpos ahora muertos.
- Genial, ¡entonces Stingray debe quedarse para hacer una pijamada!
Propuso, no, anunció el joven director, ganándose la mirada desconcertada de sus subordinados. Bueno, la pelirroja sabía que el intruso podía hacerle algo raro a su jefe, o viceversa, así que estaría atenta. Jared casi rompe su tabla de actividades por la rabia que eso le provocó, es decir, ¡se notaba a leguas que ese tipo no planeaba nada bueno! Al parecer tendría que esperar a que las cosas se tornaran feas y poder resolver todo. Jailbot sólo veía triste a su padre, queriendo matar al maldito que dormiría con él o echárselo al huerto de verduras asesinas. Nadie estaba de acuerdo con eso, mas no dijeron nada, sólo se limitaron a retirarse, dejándolos solos.
- Warden, ¿crees que...podría invitar a...un par de amigos? –preguntó, cuidando sus palabras-
- ¡Claro, mi casa es su casa!
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In a certain way
FanfictionEl guardián, destrozado, echa a Stingray de su cárcel. Éste planea una forma de vengarse del otro, mientras reconstruye poco a poco su imperio. Warden comienza a recibir notas extrañas por las noches, preguntándose quién podría ser, y si realmente q...