Capítulo 8

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Warden realizaba uno de sus paseos por la playa que acostumbraba dar por la noche. Tomó asiento en el mismo lugar en el que esperaba las notas de su admirador secreto, o así le gustó nombrarlo.

Después de unos cuantos minutos, la famosa nota llegó a él, cayendo desde arriba como siempre. La tomó en sus manos con regocijo, preguntándose si esta vez habría una especie de variante. Y no estaba equivocado.

"Nos vemos mañana"

Sus manos temblaron al leer la breve nota. ¿Estaba teniendo otro de esos bajones de realidad? Esperaba que no. Bueno, quizás ese "nos vemos mañana" no se refería exactamente a encontrarse en persona, tal vez era como un "te cuidas", "mañana te enviaré otra nota" o algo así. No, eso no podría ser posible. La nota nunca rebasaba de las dos palabras, por lo que ahora que sí lo hacía debía ser porque esa persona de verdad quería verse con él.

Pero, ¿quién podría ser? Desde que le llegó la primera nota, comenzó a poner atención a la letra de quienes lo rodeaban; nadie coincidía con la de las pinches notas. Así que al verse rendido por tanto embrollo, se dejó llevar por el misterio.

Tampoco sabía si su remitente era hombre, mujer, gemelo o chino. Incluso fue con un preso dentro de SJ que según leía el trasfondo de la letra escrita en papel, el cual lo único que le dijo fue que esa persona no traería cosas buenas.

La mañana siguiente llegó de manera abrupta, ni siquiera había sentido la noche pues se la pasó pensando en todos los escenarios posibles en que podría resultar su reunión secreta.

Ahora se encontraba en su oficina, tomando mocaccino para calmar sus nervios. Sacó un espejo del cajón del escritorio y miró su desvelado rostro. Preocuparse tanto no le beneficiaba a su imagen. Tocó y alargó sus ojeras, mientras terminaba su caliente bebida. Cerró un poco sus ojos con tal de conciliar el sueño antes de seguir "trabajando", hasta que alguien entró en la habitación.

- Buenos días, Warden -saludó Jared, quien colocó los documentos que traía en mano sobre el escritorio-- Traje unos papeles para que los firme, y estos otros tiene que leerlos antes de autorizarlos

- Si, si...

- Oh, vamos, despierte de una vez -quiso animarle, por lo que se dirigió hacia el ventanal y presionó un botón en la pared para que la luz de afuera entrara en la oficina-- Es un lindo día!

- Agh, mis ojos! -se cubre sus oculares al sentir la luz, a pesar de que el ventanal estaba detrás suyo-

- Señor, ¿durmió bien anoche? Porque parece que--

- Me vale madre lo que creas! -le contestó de manera grosera, bueno, él no le tenía mucha paciencia a su contador-- Todo está bien

- No, Warden! -golpeó el escritorio con el puño, debía de hacerle ver a su jefe que él estaba ahí para apoyarlo y no quería que lo dejaran de lado-- Esto no puede seguir así. No puede seguir ocultándome cosas.

- Jared, esto no es de tu incumbencia -sentía que eso ya de lo había dicho antes--

- Claro que lo es! -le interrumpió-- Mientras esté afectando su trabajo, sí es de mi incumbencia. Y n-no sólo eso, usted es mi amigo

- Es la última vez que te lo diré. No insistas.

-suspiró cansado y decepcionado- ¿Cuándo dejó de tenerme confianza?

Fue lo último que dijo antes de retirarse, cabizbajo y resignado. Warden se sintió un tanto mal por eso, fue la primera vez que Jared de verdad le había hecho recapacitar alguna de sus acciones. Tenía que hablar de eso con alguien de confianza. Luego pensaría en eso, ahora sólo quería salir de aquella asfixiante habitación.

In a certain wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora