Capítulo 10

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Semanas habían pasado desde la reconciliación de aquellos dos. Warden no quería que las cosas fueran muy rápido, y Stingray le llevaba regalos o intentaba tratarlo bien para que tuviera de nuevo su confianza.

Ya estando enfrente de la entrada del volcán, tocó el timbre para que le autorizaran entrar. La pequeña pantalla a lado de la puerta se encendió, dejando ver a un fastidiado Jared.

- Oh, no, otra vez tú...

- Si, otra vez. Dejame pasar y ahorrate tu berrinche

- ¡No estoy haciendo ningún berrinche!

- Oh, Jared~ ¿quién osa querer entrar? -dijo Warden, quien se apareció detrás de él-

- Es Stingray, señor

- Pues déjalo pasar, ese pendejo puede estar ahí todo el día

- Te escuché -dijo el cabeza de nepe-

- Esa era mi intención

La pantalla se apagó y al mismo tiempo la puerta se abrió. Stingray entró a la boca del lobo, tomando el largo camino del corredor; al final de este, había un elevador que lo llevaría a la oficina del guardián. Al tomar dicho elevador, llegó rápidamente a su destino: una puerta morada que se hallaba en un vacío corredor adornado con una alfombra al igual morada. Alguien tiene pésimo gusto, pensó. Tocó a la puerta sin esperar una respuesta, entrando como Juan por su casa.

- Hasta que te veo, Warden -le dijo mientras caminaba hasta el susodicho y se sentaba enfrente suyo-

- Aww, ¿me extrañaste? -preguntó en son de broma--

- ¿Extrañarte? Ya alucino con tu fea cara!

- Ja-ja -le sacó la lengua-- Ya casi termino con esto -se refería a su trabajo. Él nunca hacía su trabajo, pero no quería que el otro pensara que le gustaba pasar tiempo con él-

- Oh, entonces creo que no querrás ver lo que traje

El otro levantó la vista hacia su enemigo a medias y se preguntó qué artimaña usaría esta vez para convencerlo.

- ¿Qué cosa?

- Esto! -le muestra un cartucho de nintendo-

- Eh, ¿qué es eso?

La cara de estupefacción de Stingray no tenía precio.

- Es un cartucho, imbécil! -le gritoneó enojado-- ¿Cómo mierda no sabes qué es esto si tienes una consola en tu cuarto?

- Fue un regalo de Jared! Él pensó que sería una buena idea para mi estrés

-suspira, golpeándose la frente con incredulidad-- Como sea, tienes suerte de que traiga mi nintendo conmigo -la sacó de quien sabe dónde y le introdujo el cartucho-- Estaba guardando la carga para una buena ocasión, pero, tu eres todo un caso -comenzó a carcajearse mientras la mini consola se encendía-- Aún no puedo creerlo

- Cállate! No es mi culpa que mi papá me haya arruinado la infancia -se cruzó de brazos--

- ¿Qué...? -dijo sorprendido, aunque luego recordó que el guardián podía soltar uno que otro fragmento de información comprometedora; como en esta ocasión, sólo que esta vez, dejaría que se desahogara-

- Ese maldito viejo se encargó de llenarme la cabeza de mierda con sus altas expectativas d-de un verdugo... -desvió la mirada, abrazándose a si mismo para calmarse-- Y luego me dejó todo el trabajo a mi...

Por la mente de Stingray no pasó siquiera el consolarlo, más bien en tratar de distraerlo para que se le olvidara todo eso.tr

- Te enseñaré a jugar

In a certain wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora