Llegue a entrenar temprano como siempre.
Cruce un par de palabras con mi sensei y luego me dirigí a el vestidor para colocarme mi karategui.
Cuando salí el estaba esperando en la entrada.
-Hola, corazon- me saludo, lo cual hizo que me ruborizara un poco.
-Hola- alcance a susurrar y me quede ahí quieta con la mirada baja. Recordé que le había dicho que me gustaba y solo yo era tan tonta como para quedarme ahí parada en vez de huir.
-Mari- levante la vista con los ojos brillando.
-¿Qué pasa?- respondí en un tono muy bajo.
-¿Me... me das permiso tengo que cambiarme?- y en ese momento puse los ojos como platos.
-Ah, ah si claro perdón... pasa- me hice a un lado riendo nerviosamente.
Y todos los chicos de el Dojo comenzaron a reír.
-Shhh no hay nada de que reírse- proteste. Pero ellos parecían no escucharme.
¡Que patética me había visto! Santo cielo... ¿Será que comenzaba a notarse que me gustaba?.
¡No! Yo no me podía permitir eso...
me acomode en una esquina, a estar un rato sola como siempre.
Al poco rato comenzó el entrenamiento.
¡Flexiones! ¡Estiramientos! ¡Carreras! Rayos ¡Aire! Por favor ¡Aire!.
3 horas de entrenamiento no era la gran cosa. Pero cuando el sensei se ponía realmente pesado. Todo cambiaba.
Contábamos los minutos para que la reverencia final se hiciera y cuando fue así. Soltamos un gran suspiro de alivio.
Todos corriendo a los vestidores por agua. Ya no les importó si eran chicos y chicas tomaban sus maletas y salían corriendo de ahí prácticamente.
Yo creo que pensaban que el sensei les pondría más ejercicio si así lo quisiera.
Y como las multitudes no son lo mio, aguarde a que todos salieron desbocados como vacas, bueno vacas y toros.
Entonces al fin pude entrar por mi mochila. Saque mi botella de agua, y me quede un momento observando el móvil.
Había un mensaje de...
¡oh santo cielo!*Conversación*
Crush: ¡Hola Mari! Escucha, Tienes que mirar hacia atrás.
-¿Mirar atrás?- repetí con recelo.
Dude un momento pero al final le obedecí al mensaje...
Y entonces gire mi cabeza, y me encontré con...¡Los labios de Christopher!
Me quede helada. El deposito un beso corto y rápido en mis labios y luego comenzó a reír.
-Adiós, Mari- y salio corriendo con su mochila en mano.
Lo cierto es, que me dejó estupefacta pero, sin embargo... no había sentido nada.
Usualmente cuando besaba a algún chico que me gustaba sentía una especie de corriente pasar por mi estómago. Unas cosquillas raras que me ponían la piel de gallina.
Y con Christopher con Christopher no había pasado así.-¡Mari! ¡Mari! ¿Estas bien? Ya casi cerraremos el Dojo- era la voz de la joven cinta negra, Lori.
-Emmm Ah si ya voy- tome mi mochila y salí corriendo del baño.
-¿Que tanto hacías ahí mujer?- la mire.
Me sentía un poco distraída un poco fuera de mi.-Me distraje- susurre y ella suspiro.
-Vaya ¡Que chica!-
Sonreí.
-¡Adiós Lori!- y salí corriendo al auto de mi padre que ya me esperaba ahí.
-¿Porque tardaste tanto?- se quejo.
-Cosas de mujeres- sonreí y el arrancó el coche.
Mientras íbamos a casa y yo miraba por la ventana del auto a la oscura noche. Con mis audífonos en el oído y la música muy alta.
Comencé a preguntar si de verdad me gustaba Christopher o si estaba confundiendo todo.
"Tal vez, no me gusta tanto" me repitió mi cabeza.
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Donde Nació El Amor
Romance¡BASADA EN HECHOS REALES! Historia De Amor, un tanto diferente a las que estamos acostumbrados a leer pero hermosa a su manera. "Ella Tenía más que el corazón roto y el, el buscaba un corazón que reparar"