►Estúpida Red Social◄ [Pausada]

Sentimientos que hieren

Cuando logro recuperar el aliento, me quedo mirando las sábanas arrugadas, procesando la información.

«Acabo de tener sexo gay,
si es que esto vale como eso.»

«Acabo de manosear sexualmente a Izuku.»

...

Me había dejado dominar por los bajos instintos y prácticamente abusado de un hombre, peor aún, de la persona que más me quería: Deku.

Mi mente trabajaba a mil intentando encontrar las palabras adecuadas para ese momento, desgraciadamente no encontrando ninguna acorde a la incómoda situación. Ni siquiera yo podía decir el porqué había hecho eso.

Tenía que ser un beso y asustarle un poco, para que ocupara cada segundo de su vida en borrar esa mierda de las redes sociales. Quería demostrar algo, pero en algún punto había olvidado qué era, dejándome llevar por el instinto posesivo que siempre había tenido pero nunca comprendí hasta hoy.

Me había enfurecido realmente el ver cómo ese grupo de fanáticos pervertidos abusaban de mi imagen, pero ese enfado no se comparó al que sentí cuando noté que yo era simplemente uno dentro de un montón, y que ni siquiera me dabas importancia.

Yo era especial y él me trataba como si no fuera nada, atreviéndose a compararme Shōto.

CON SHŌTO.

Su sola mención,
me hizo hervir la sangre.

Yo no era como el resto, nosotros nos conocíamos de siempre. Éramos rivales, amigos y enemigos también. Éramos distintos.

Siempre pensé que mi desinterés por el romance era simplemente porque no tenía ganas de él, mas me bastó con ver al jodido nerd todo sumiso ante mí, para que todos mis instintos de caza afloraran, resultando en una fiebre que se fue directo pantalones, haciéndome perder la puta cabeza.

Nunca me había sentido con tantas ganas de tocar a alguien.

Su cuerpo es fuerte, pero frágil a la vez. Y su aroma y voz entrecortada, llamándome por ese apodo que ya reconocía más que mi propio nombre, me habían revelado algo que ni yo me creo todavía:

Puede sea gay.
Y esté desgraciadamente encaprichado del gusano inútil este.

«No, por favor no.» , suplico a todos mis ancestros. Esas malditas de la internet puede tenga razón, y ahora no sé si matarlas una a una o ir a pedirles consejo.

En pánico giro el rostro, topándome de lleno con su cuello. Los colores se me suben al rostro al ver las numerosas marcas que dejé sobre él. Tardarían un poco en borrarse, iban a ser un problema.

Estoy perdido, maldición. Kirishima y los demás se reirán de mi hasta la muerte y ya puedo ver la mirada acusadora de Aizawa sobre mi.

No quiero alzar la vista, pues sigo recostado sobre él y ninguno habla.
Todavía no sé qué carajos puedo a decir en mi defensa, y el silencio del nerd me está empezando a poner los nervios de punta.

Solo puedo sentir su respiración cansada, y el subir y bajar de su pecho descubierto.
Entonces escucho un suave gimoteo, conozco ese sonido. Alzo la vista y por desgracia, confirmo aterrado mis sospechas.

«Soy un monstruo»

Me digo observando como las lágrimas de este caen por todo su rostro. Entonces me aparto, quitándome de golpe de sobre él y tomando asiento en la cama, dándole la espalda.