Capitulo IX

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Amy...me tengo que ir, volveré a verte.

¿Cuando, y como estas tan seguro?

Porque es una promesa..volveré por ti Amelia Rose.

Dijo el erizo dejando a la pequeña damisela, frente al pueblo, esta lo abrazo por última vez y corrió a dirección a su hogar, dió una vuelta al ya estar en su casa para visualizar ningún rastro alguno de aquel caballeroso jóven erizo.

El día pasó, en la cabeza de Amy solo había rumbo para aquellas palabras del ojos carmesí.

¿Una promesa?

¿Cuándo se cumplirá?
¿Ya volverás?

Volveré por ti Amelia Rose.

¿Debería la cabellos rosado creer ante aquellas palabras?

Los días pasaron, y estas se volvieron semanas, Amy no le explicó lo experimentado con familiares ni amigos.
Lo reservo todo a si misma.

Desesperada y impacientemente, esperó por Shadow, día tras día, frente a la ventana de su cuarto, por la mesa de la cocina, espero frente a su casa y en la de su tía, se pasaba por el bosque pero nunca a fondo, tenía miedo a perderse.

Pero su ser ya estaba perdiéndose en la tristeza.

Se sintió como princesa libre al conocer a Shadow, cuando esté se fue, se volvió en una princesa encarcelada a una torre, estaba lastimada con falsas promesas.

Empecé a preguntarme durante esos días de soledad sobre cómo conocí a Shadow, y la historia mi tía me contó:

"Un joven de familia más poderosa, la pobre madre busca como unir a su hijo con una mujer de belleza, sumisión y con el don de procrear.

La última cualidad siendo la más importante, si la mujer elegida no podía tener hijos, no servía para la familia."

Esas eran fuertes reglas, pero así somos educadas las chicas de mi pueblo, desde pequeñas nos inculcan a obedecer y amar al hombre, cuidar los hijos que des para la adoración de tu marido, si no puedes dar hijos, deberías tener vergüenza de ti misma, y debes cuidar el hogar.

Una buena mujer debe callar y ser linda.

Nunca me gustaron esas reglas puestas por la sociedad en la que vivía, pero poco a poco tras los años pasaban y más pensaba en Shadow, me di cuenta que si el volvía, yo debía ser una mujer digna de permanecer a su lado como su familia y la sociedad me nivelaba.


Shadamy y El Diario De Maria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora