Capítulo XII

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Shadow quería escuchar justo eso: "Lo amó". Quería volver y saber que la eriza aún lo amaba porque el también la amaba y estaba listo para cumplir su promesa.

Amy lo miro detalladamente, era un erizo un tanto más alto que ella, sus púas despeinadas le daban un toque atractivo, sus cabellos negros donde mezclados con rojo se perdía. Y lo que no podía evitar dejar de mirar, aquellos ojos rojos eran como la sangre, eran fríos, misteriosos podían dar miedo pero también eran muy atractivos...

Eran los ojos de una bestia y ella era su presa.

Amy al transcurrir unos minutos donde ya ambos se habían recostado en el árbol y acomodado, la jóven no pudo evitar cuestionar.

Shadow...

¿Hm?

¿Porqué te fuistes? ¿Porqué te tardaste?

Estuve...yo..yo
No podía...

El silencio se hizo presente, eso la puso nerviosa y más el escuchar el corazón de este latir tan despacio, levantó levemente su cabeza del pecho de Shadow donde estaba acurrucada y lo miro, este estaba ido viendo en una dirección donde no había nada, la jóven mordió su labio y volvió a acurrucar su cabeza en el pecho de este.

Acaso..¿No pensabas regresar por mi?...

Eso rompió el trance de nostalgia que el erizo había entrado.
Shadow la volteó a ver rápidamente, molestó.

Por supuesto que iba a regresar, te lo dije, ¿No?

Lo se, pero pasaron tantos años, Shadow.
Dijo la rosada, levantándose y acomodándose en el regazo de Shadow, llevó su mano a la mejilla de este y la empezó a acariciar, sus lágrimas pedían a gritos salir de su ojos esmeralda al recordar su vida.

Shadow..Empecé a temer que no regresarás, que te hubieras olvidado, te hubieras ya casado y me olvidaste, tu promesa fue mi única esperanza día a día. Quise olvidarte, quisieron que te olvidará pero no podía.

Amy ya no pudo más, su peso cayó en el regazo de este quien la sostuvo, la joven cayó en llanto sobre los hombros de el, hace años necesitaba a alguien con quien poder llorar.


Después de un rato lleno de abrazos y caricias por parte de Shadow para animar a su pareja, lo que cambió el autoestima de la jóven fue que está le insisto para que fuera a su casa y pudieran conocer a su madre, Shadow quería que ella fuera feliz así que finalmente acepto.

Al llegar al hogar, la madre no podía creer lo que ocurría frente a ella, al fin Amy sonreía alegremente al lado de un hombre, estaba feliz que su hija al fin encontrará a alguien y que sea quien estuvo esperando por años. La señora hizo una pequeña cena pues no estaban acostumbrados a visitas y eran una familia de madre e hija humildes no tenía mucho que ofrecerle al joven que con solo mirarlo uno sabía que este era un noble o tenía relación con los altos rangos. A pesar de todo Shadow no tuvo queja alguna sobre la cena y fue amable e considerado ante la señora quien no podía ocultar su alegría.

Las horas pasaron, los erizos se encontraban en un sofá viejo y pequeño, la pareja en un sofá agarrados de las manos y la señora enfrente de ellos con una copa contando miles de historias avergonzado a su hija, el joven Shadow sólo sonreía o daba pequeñas risas.

¡Basta mamá!
Gritó Amy con su cara sonrojada a no más poder, sus mejillas ardían.

¡Vamos mi hija! ¿Recuerdas cuando empezaste a dibujar a Shadow en tus cuadernos porque temias a olvidar y como dijiste: "Su bello rostro"? Yo recuerdo ese día llorabas; "¡Mamá! ¡Shadow! No quiero olvidar su bello rostro, ¡Por favor necesito más cuadernos!"

Imitó entre risas la señora a su hija que en aquel tiempo donde estaba alrededor de sus 15 años y lloriqueaba por su príncipe que no aparecía.

Shadow empezó a reír, miro a la eriza que ya no era rosada ahora era tan roja como el tío Knuckles.

¿Enserio me dibujaste?
Dijo sorprendido pero aún en risa.

¡MAMÁ!

¡Si, si lo hizo! Déjame buscó uno de sus dibujos.

La señora se fue no sin antes tomar lo poco que quedaba en su copa, ya terminando corrió al cuarto de su hija.
Shadow miro a Amy y todo su mejillas, se burlo de lo roja que estás estaban.

Entonces...
Dijo acercándose a la jóven, puso sus manos en la cadera de esta y se acerco a su oído.

¿Con que no querías olvidar mi bello rostro?...

Amy empezó a reír nerviosa y este le mordió juguetonamente la oreja a lo que está estalló en risa, los erizos se dieron un corto beso y la señora regreso entusiasmada.

Vaya, es...e res muy buena artista, Amy. Es un excelente retrato mío y...¡De memoria!

La noche pasó entre risas, gritos vergonzosos por parte de Amy, y uno que otro halago de Shadow hacia Amy.
La noche ya estaba por concluir no fue hasta que Shadow se volvió serio, y empezaron hablar más a fondo sobre porque el estaba en el pueblo, les avisó a las damas que este se quedaría esa noche y mañana por la tarde regresaría a su pueblo y esperaba con ansias la respuesta de su futura suegra y esposa si Amy se iría con el a vivir y aprender más del uno al otro.

Shadamy y El Diario De Maria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora