Capítulo 2.- "Tú, maldito destino"

523 24 6
                                    

Mi barriga estaba alterada por el montón de saliva tragada tras el nerviosismo que intentaba ocultar a los ojos de Mike. Subimos a su coche con una rapidez un tanto disimulada por parte de los dos. Éramos conscientes de la peligrosidad a la que se podría estar enfrentando Liam, ya que era extremadamente extraño su comportamiento recientemente.

Tras cientos de intentos llamando a su teléfono sin obtener respuesta, divagamos las calles casi toda una noche, acudimos a su casa, donde nadie respondió, y finalmente decidimos regresar a casa y rendirnos cuando de repente le vimos en la puerta de un gran local. Frenamos rápidamente antes de perderle de vista y nos bajamos del coche casi sin aliento hasta él. Un chico frío y borracho visualmente, vestido completamente de negro y algo desorientado es lo que nos encontramos en su persona, para nuestra gran sorpresa.

—Liam—le llamó Mike.

Este le miró por un segundo, y torció el ceño. Escupió algo y siguió mirándole con desprecio. Tras observarle detenidamente, se dio cuenta de mi presencia y noté como su rostro cambiaba muy disimuladamente. Entonces se acercó lentamente, hasta nosotros.

—¿Estás borracho?—proseguí a preguntar

Entonces una gran carcajada se apoderó de toda la calle, lo que ayudó a propiciar un gran eco. Este volvió a mirar al suelo, antes de poder ni si quiera mirarme a los ojos por varios segundos.

—Un poco—bromeó sin tener ni una pizca de gracia para nosotros.

Sin embargo, la sonrisa se borró de su rostro cuando Mike puso su brazo en mi espalda, en señal de protección.

—Vámonos—me susurró este al oído ante aquella persona desconocida en aquellos momentos para mi. Este frunció el ceño, ante aquella palabra, que consiguió enfurecerle de inmediato. Algo cambió en su rostro y noté un descontrol mental en su compostura.

Miré una vez más a Liam antes de volverme con Mike. De repente, Liam le propicio un descomunal empujón que consiguió derribarle al suelo.

—¿¡Qué coño haces!?—recordé gritarle con ansiedad antes de agacharme para determinar el estado de mi amigo. Este se encontraba en el suelo y había recibido un fuerte golpe en su cabeza debido al impacto de la caída.

Justo cuando pensé que iba a dejar de ser un imbecil se volvió a abalanzar sobre el, cosa que logré frenar. Me abalancé sobre él mientras no dejaba de empujarle y pegarle para que así no pudiera acercarse a mí débil amigo que yacía en el suelo indefenso. Entonces algo cambio en su mirada de repente y se calmó por un instante. Dio un paso hacia atrás y se peinó su cabello con una mirada adormecida, que reflejaba haberse despertado de un estado de euforia.

Me giré sin aún creer todo lo que acababa de pasar y levanté a mi amigo con todas las fuerzas que pude, hasta conseguir estabilizarle mientras Liam nos seguía con aquella fría mirada. Entonces, un chico alto fuerte y de oscura apariencia se acercó hacia nosotros, abrumado por la gran escena que Liam acababa de realizar. Liam le saludó con una mirada que reflejaba la gran incomodidad de la situación antes de que este fijara su atención en mi. Una mirada fría llena de malas intenciones recorrieron mi cuerpo ante la atenta mirada de Liam.

— ¿Quién coño es este pivón?— dijo de una forma repugnante para mí mientras me inspeccionaba con detalle.

— Cállate Jef— digo este muy serio y retirar su mirada sobre mi.

— venga vamos Liam, no siempre pasan golfas por aquí—comenzó a decir antes de acercarse a mí y tocar mi cintura. Mi respuesta fue un tortazo nacido del interior de mi alma, tan fuerte como pude. Su cara se movió por el golpe y aguardó unos segundos hasta que me atacó de vuelta.

Liam le frenó casi al instante, apartando aquellas sucias y grandes manos sobre mi. Este cayó al suelo debido al gran empujón propiciado por Liam. Este se colocó encima de él, con la mirada más oscura que jamás había visto en él. Comenzó a pegarle con una gran intensidad y de una forma salvaje mientras me mantenía en shock.

—¡Para!—le supliqué, sin conseguir ningún tipo de atención por su parte. —¡Vas a matarle Liam!—seguí suplicando, mientras intentaba apalear sus brazos y apartarlos de él. Finalmente, escuchó mis súplicas y se apartó lentamente de él, observando el rostro deformado y repleto de sangre que había creado en aquel tipo.

De repente, una sirena de policía se escuchó cerca de nuestra posición, y decidí agarrar el brazo de Liam y de Mike y correr hasta el coche para escapar de aquella situación que sabía nos traería problemas, sobre todo a él. Conduje presa de mi nerviosismo, con una gran rapidez. Nada de aquello estaba en mis planes. Estaba metida en un coche con mi mejor amigo herido y un Liam ido de sí, que nunca quise tener de frente. Nadie dijo una sola palabra durante el camino, y decidí que lo mejor sería llevarles a mi casa. No quería que nadie más saliera herido aquella noche.

Caminamos en silencio mientras ayudábamos a Mike a caminar apropiadamente hasta la puerta de mi piso. Un odio recorría todo mi cuerpo mientras Liam se mantenía en silencio sin inmutarse. Abrir la puerta significó más que una sola acción. Tener a Liam de nuevo en mi casa era algo que no tenía planeado que pasara tan pronto tras todo lo que pasó. Sentí un leve pinchazo en el corazón cuando pasó dentro.

Acompañé a Mike hasta la cama de invitados no sin antes atenderle con mucha atención hasta que se quedó durmiendo. Cuando llegó el momento de enfrentarme a este, algo que removió en mi estómago. Al volver, un Liam abatido me esperaba.

DÉBILES ⓒ| 2 Parte FRÁGILESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora