Cold || hs [español] ✔

Cincuenta y tres

Me mordí el labio cuando Willow bajó las escaleras, torpemente a punto de caer en el último escalón.

"Odio los tacones."

"Ponte las zapatillas, mujer." Empujo a Willow suavemente, haciendo que casi pierda el equilibrio. Si no fuera por mi brazo envuelto alrededor de su cintura, se habría caído.

"Cállate... hombre."

Me reí, agarrando su mano para guiarla hacia el taxi. Nunca había comprado un coche en mi vida. Siempre era un taxi o un autobús el que llevaba a trabajar todo el tiempo.

Willow se desliza hacia adentro, sin soltar mi mano. Miro hacia su casa y veo a sus padres agitando sus manos y sosteniendo sus pulgares hacia arriba. Sonreí, despidiéndome antes de deslizarme a su lado.

"¿A dónde?"

Le entrego al hombre un trozo de papel y él asiente, alejándose.

Tan pronto como el taxi se detuvo, Willow presionó su mejilla hacia la ventana y jadeó cuando vió el yate con luces colgadas alrededor.

"Oh Dios," Susurra asombrada, mirándome. Después de pagarle al hombre, la ayudo y envuelvo mis dedos con los suyos.

Me meto la otra mano en el bolsillo y acaricio la caja de terciopelo.

"¿Una cita en un barco?"

"Más como un yate, pero todo lo que flota es un barco." Yo sonrío mientras Willow rueda los ojos, golpeándome el hombro en forma de broma.

Tan pronto como entramos en el yate, Willow mira alrededor, agarrando mi brazo. "Esto es sólo el comienzo." Yo susurro. Ella se frota la nariz. "¿Hay más?"

"Quiero decir, si no quieres tener un buen tiempo privado en el dormitorio, entonces yo-"

"Harry," Ella gime, riendo. Saco una silla para que ella se siente cuando salimos del porche y hacia las habitaciones. Una mesa para dos ya estaba preparada y sonrío hacia el camarero. "Soy Francis y seré su camarero por esta noche," Él dice, ofreciéndonos una copa de vino. Willow y yo tomamos una. Sin duda iba a necesitar más de esto.

~ * ~

Después de la cena, llevé a Willow a una de las habitaciones del yate. Era de un color rojo oscuro y respiré hondo mientras ella pasaba junto a mí y se metía en la cama, una risita escapando de sus labios.

"¿Willow?"

Me mira mientras cierro la puerta, caminando hacia ella. Deslizándose de la cama, ella camina hacia mí y envuelve sus brazos alrededor de mí. El olor a vino era fuerte, pero sabía que no estaba tan borracha.

"Hola," Ella sonrió. Coloqué un mechón de su pelo detrás de su oreja y me incliné para un beso antes de  ponerme sobre una rodilla.

"Santa mier- ¿Harry?" Ella dice, sus ojos agrandándose.

"Willow, sé que esto es demasiado pronto. Demasiado pronto. Pero estoy tan enamorado de ti y quiero hacerte oficialmente mía con este anillo." Saqué la caja de mi bolsillo y Willow se cubrió la boca, lágrimas amenazando con derramarse de sus ojos.

"Nena," Le agarré la mano. "Sé que probablemente piensas que eres demasiado joven, pero que se joda. Tú y yo sabemos que eres capaz de una relación real."

Ella asintió con la cabeza, tragando las lágrimas.

"No me arrepiento de darte esas lecciones de dibujo," Dije entre risas. "No me arrepiento de estar sentado en la cafetería y no me arrepiento de haber hablado contigo, hemos pasado por momentos terribles juntos y por los mejores. De cualquier manera, todo lo que hemos vivido es lo más destacado de mi vida. Y tenía todo este discurso preparado y todo, pero mierda, se me olvidó la mitad de las cosas que se suponía que debía decir, así que voy a llegar al punto." Rápidamente digo, tomando una respiración profunda.

"Willow, ¿me harías el hombre más feliz y te casarías conmigo?"

Un alegre grito escapó de sus labios y ella asintió con un gesto afirmativo, haciéndome agarrar su mano y deslizar el anillo. Inmediatamente me levanté, abrazándola y presionando un beso en sus labios.

Sus piernas golpearon la parte trasera de la cama y nos dejamos caer sobre la cama. "También traje esto." Moví cuatro paquetes de condones delante de ella y ella se sonrojó, riendo mientras me quitaba los zapatos y los pantalones.

"Te amo demasiado, maldita sea." Respiré, desabrochando la parte trasera de su vestido. Ella agarró mi corbata y me empujó en un beso, casi asfixiándome.

Definitivamente iba a ir al infierno por estos sucios pensamientos. Puedo literalmente imaginar a mi conciencia lanzándome una Biblia y rociando un poco de agua bendita.

"Te amo, Harry."