Cold || hs [español] ✔

Veintitrés: durmiendo desnuda*

"Eres un tramposo, Harry". Willow se ríe.

"¿A qué te refieres? ¡Te dije que aprendí cómo hacer pizza!"

Empujo la bandeja de la pizza en el microondas y ella se burla mientras cierro la puerta y pulso el botón de inicio, escuchando un zumbido venir del microondas.

Ella sacude la cabeza con incredulidad.

"Eso que por lo menos sepa bueno."

"Está bien... creo."

Ella rueda los ojos, apoyando su cabeza en mi hombro mientras veíamos la pizza girar a una constante lenta velocidad.

Esperamos pacientemente, hablando de música. No me sorprendió cuando me dijo que escuchaba a Ed Sheeran.

Tienes que amarlo.

A pesar de que soy un hombre, me desmayo por sus palabras.

Ahora, vamos a pretender que nunca lo mencioné.

Cuando el microondas suena, beso la mejilla de Willow y camino hacia la pequeña máquina, sacando la pizza.

"En realidad, huele bien." Ella elogia.

"Yo la hice." Le guiño, ganándome un golpe en el brazo.

~ * ~

Willow se metió en mi cama con mi camisa. Le quedaba bien.

La atraje a mi lado y suspiré.

"¿Qué es lo siguiente en mi lista?" Ella preguntó. Miro detrás de mi hacia donde la lista está puesta.

"Dormir desnuda." Murmuro. Apago la luz sólo para que ella encienda la lámpara a su lado.

"Quiero hacerlo ahora." Ella suspira.

"Willow no tienes que hacerlo."

Yo no pensaba que ella tuviera que hacerlo. Después de la conversación que tuvimos en su casa, no quería que se sintiera incómoda alrededor mío.

"Quiero hacerlo." Murmuró. Mis labios se abrieron y sus ojos se encontraron con los míos.

"¿Te darías la vuelta?"

"¿Quieres dormir desnuda... conmigo?"

No idiota, quiere dormir desnuda con Papá Noel.

Me doy la vuelta y la escucho moverse antes de suspirar, acomodándose en la cama.

"¿Puedo voltear?" Le pregunto tranquilamente.

"Sí." Ella suspira.

Trago, girándome hacia ella de nuevo. Ella estaba envuelta en el interior de mi manta y gané valor suficiente para tirar de su cuerpo desnudo más cerca de mí.

"Dios, me estas matando." Mascullo.

Ella se ríe suavemente, inclinándose hacia delante para besarme.

Al igual que todas las otras veces que nos besamos, termino profundizándolo, ganándome un gemido de ella. La manta que una vez se ciñó en su pecho ahora se afloja y tiro de ella.

"Quiero ver todo de ti." Susurro, mis labios se presionan en su hombro.

Ella sólo asiente con la cabeza, dándome permiso.

Mierda.

Ella me estaba dando permiso para tocarla.

Su respiración se acelera mientras poco a poco saco las sábanas de encima de ella, exponiendo cada parte de su piel. Nuestros ojos se encuentran y dejo la manta sobre ella simplemente en su baja mitad. Bajo la cabeza, besando su clavícula que estaba ligeramente mostrándose. La piel de gallina apareció en su preciosa piel y sonrío.

Me encanta cada curva que tiene. Yo no estaba buscando a la chica con un gran hueco entre sus muslos o a la chica con una figura de reloj de arena.

Demonios, Willow tenía defectos también. Y yo iba a ser el encargado de hacer que se sienta bien acerca de ellos.

Una chica sólo tiene que encontrar a una persona que la admire por sus defectos y le haga olvidarse de ellos en un minuto.

La besé entre sus pechos y sonreí cuando ella se quedó sin aliento. No me quedé allí por mucho tiempo sólo por su comodidad.

En vez de eso me encuentro besándola, dejando un camino de nada más que besos. Pongo la manta abajo, rebelando sus largas, hermosas piernas las cuales yo sólo beso.

"¿Qué hay de que te muestre otra manera de complacerte?" Le pregunté en voz baja. Ella asintió y beso el hueso de su cadera.

Me saco mi propia camisa, la temperatura en la habitación aumentando. Ella suspira y se sienta, mirándome.

Separo sus muslos, tan ligeramente que sólo ella puede decir que la estaba moviendo. Tan pronto como lo hago, suspiro. Ella era hermosa.

Envolví mis brazos alrededor de sus caderas y beso el interior de sus muslos, tirando de su cuerpo hacia abajo, más cerca de mí.

No vacilé al pasar de mi lengua sobre su calor, obteniendo un jadeo de su parte. Se había incorporado un poco, pero inmediatamente se dejó caer a medida que continuaba con mis actos; torturando su cuerpo. Una de sus manos corrió por mi pelo y me pareció tan caliente que ella no pudiera manejar esto. Agarré una de sus manos, colocándola en mi pelo. Ella pronto comenzó a tirar de mi pelo el cual ella utiliza por placer, sus gemidos convirtiéndose más fuerte y más altos que los anteriores.

Ella siempre trataba de enrollar sus piernas alrededor mío, pero yo en broma los empujaba, ganándome un gemido de su parte. Envolví mis labios alrededor de su clítoris, presionando un dedo dentro de ella.

"¡Oh, Dios mío, Harry!" Ella gritó, su cuerpo tembloroso.

Tenía que admitir que, este era un gran giro.

Ella grita en puro éxtasis y la veo venirse de forma deshecha por mí.

Fue algo increíble de ver.

Sus ojos cerrados, con los labios entreabiertos, su espalda se arquea y Dios, una fina capa de sudor en su piel.

Me separé y me quedé a su lado, agotado por complacerla. Yo quería mi propia liberación, pero esta noche era solo acerca de ella.

También esperaba que comprendiera que ella no era un juguete sexual para mí.

Puse su cuerpo más cerca del mío y ella se acurrucó en mí. Su piel estaba presionada contra la mía y me encantó la sensación de sus dedos trazando mis tatuajes lentamente. Ella empujó una pierna entre las mías y envolvió su brazo alrededor de mi torso.

"Buenas noches." Ella susurró, tirando de mí en un beso.

"Buenas noches." Susurro.