7.- Altibajos emocionales.

320 23 6
                                    

Mira el pergamino que Luisa me había entregado en mi cumpleaños. La hoja era de ese estilo requemado con el tan peculiar color de la tinta rosa que Luisa amaba usar. El contenido y titulo del pergamino decía:

 COSAS QUE HARAN QUE TU CORAZÓN SEA FELIZ.

Como tu mejor amiga estoy obligada a decirte que a mí, no puedes engañarme. Dices estar bien pero no es verdad. Tú y yo sabemos que tus males provienen de una palabra que empieza con M y termina con auricio. Así que, te dejare esta lista que hará que tu mente se mantenga despejada y ocupada, es tiempo de un cambio Anette, y que salgas de tu depresión.

1.- Pasea a Coco por las mañanas.
El contacto con animales aminora el estrés y hace que tú mejor amiga este más tranquila estando de viaje. Enserio, fuera de broma, esto es algo bueno para ti.

 2.- Ve una película de acción u horror.
Sal de los estúpidos clichés amorosos que solo te hacen llorar cual magdalena, y haz que tu corazón lata por otras cosas.

 3.- Ríe sin razón alguna y cada que puedas.
Sonreír de hace ver hermosa y como plus trata de hacerlo acompañada, así compartirás alegrías mutuamente con alguien.

 4.- Ten citas.
No dejes que alguien te arrebate lo que crees. Y trata de buscar nuevamente eso que te hace radiar de felicidad. Amor. RECUERDA, no te ilusiones fácilmente, ve con calma y sin prisa. Las cosas se darán si son para ti.

 5.- Ve de comparas.
Cambia tu guardarropa solo un poco, desecha lo viejo y dile “¡Hola!” a lo nuevo.

 6.- Redecora tu cuarto.
Un espacio nuevo y fresco te hará sentir libre y más cómoda.

 7.- JAMAS OLVIDES QUE TU FAMILIA Y AMIGOS TE AMAN.
Nunca estarás sola An, deja de hacerte la fuerte y si lo necesitas llora, grita, patalea. Exprésate, que es importante.

 Nos veremos en un par de semanas.
Tu amiga que te ama.
Luisa.

 Sonreí por la sutil motivación oculta entre líneas, que mi mejor amiga me proyectaba y además por su insistencia de que viera a Coco, eso era algo que hacía desde el primer día que se fue. Todo lo demás era cierto, lo de Mauricio aun no quedaba estancado en lo más recóndito de mi corazón. Aun estaba presente, la herida latía y ardía con cada rose. Si no lo menciono, ni pienso en él, todo está bien. Pero aun no creo poder ser capaz de enfrentarlo cara a cara sin derrumbarme. En fin, era una debilidad con la que no trabajaría ahora, no valía la pena.

Volví a mi presente. Escuchando la música de fondo que me habían dejado al teléfono, esperando como idiota.

—Disculpe la tardanza, ¿Me diría el nombre de nuevo por favor?

—Cameron—le repetía por trigésima vez, a la gangosa voz femenina que me atendía al otro lado de la línea.

— ¿Y el apellido?

Resople, ¿pero acaso estaba sorda? Llevaba ya un fin de semana entero tratando de tener más datos o información acerca de Cameron y su estancia en alguna universidad de Seattle, pero era como buscar una aguja en un pajar ó quizá aun más frustrante, dar golpes en falso al viento.

—Le eh dicho que solo sé que empieza con T.—trate de no gritarle a la recepcionista que me había tenido pegada al teléfono por poco más media hora.

—Señorita, hay más de mil alumnos en esta universidad y nos encontramos de vacaciones, debe ser mas especifica— se escuchaba como masticaba un chicle en cada separación de palabra— ¿sabe algo más de la persona que busca?

Como en un sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora