14. Cazadores de la oscuridad.

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No mucho después de que Ally nos dejó para discutir lo que fuera que Vivienne había considerado demasiado confidencial como para que ella lo escuchara, mis hermanos me dieron un recorrido por la isla, principalmente en la Fortaleza Carmesí para ver cómo la habían fortificado a lo largo de los siglos pasados. Lo que solía ser justo lo que era —un muro rodeando la isla— era ahora el hogar de trescientos guardianes vampiros y exploradores que buscaron refugio en la Sombra de Sangre y juraron defenderla.

En ciertas áreas clave de la fortaleza, había largas casas de madera con distintivas torrecillas puntiagudas frente a los edificios que alineaban el muro me habían dicho que varios hombres y mujeres pertenecían a la Élite entrenada para pelar y eran llamados Caballeros. Las casas eran para ellos para los tiempos en que eran llamados para servir en la fortaleza.

La Élite consistía en los veinte clanes originales que juraron lealtad a nuestra familia. Había aquellos que pelearon y sangraron con nosotros, que fueron perseguidos por los Cazadores de la Oscuridad hasta que finalmente encontramos refugio en la Sombra de Sangre. Los demás —guardias, exploradores, y los inquilinos— vinieron justo después de que la fortaleza fue construida y de que el hechizo de Cora fue capaz de proveernos una protección permanente en la Sombra de Sangre.

—¿En dónde se quedan la mayoría de los esclavos humanos?

—Aparte de las bellezas que mantenemos en nuestras casas para nuestro entretenimiento, todos los humanos están en las Alturas Negras. —Los ojos de Lucas brillaron ante la mención de “las bellezas”. Mi hermano siempre había tenido bastante inclinación por las mujeres hermosas y jóvenes.

Enarqué una ceja.

—¿Las montañas?

—Dividimos la red de cuevas que encontramos ahí en celdas y los cuartos de los esclavos. Prisioneros y nuevos humanos cautivos —antes de ser asignados— son enviados a las Celdas. Los humanos viven en las viviendas de los esclavos, a las que llaman las Catacumbas —explicó Vivienne.

—¿Las Catacumbas? —pregunté curioso.

—Se supone que sea una ironía. —Lucas rodó los ojos—. En la Sombra, son los vivos quienes residen en las Catacumbas.

Lo dejé pasar y miré la altura del muro que nos protegía.

—Todo parece estar bien. No entiendo por qué es necesario que mehaya levantado de mi sueño.

—Las cosas no siempre están bien, Harry —dijo Vivienne entusiasmada—. Los Cazadores de la Oscuridad son más poderosos que nunca. Están avanzados tecnológicamente y tienen el apoyo de gente rica e influyente. La Sombra de Sangre permanece sin descubrir y segura, pero otros aquelarres no. La Sombra ya no es un secreto en las comunidades de vampiros y otros aquelarres han amenazado con atacarnos o exponernos a menos que los acojamos o les encontremos un refugio.

Fruncí el ceño. Los mismos aquelarres fueron los que nos rechazaron  y nos dejaron morir cuando necesitábamos su ayuda contra los cazadores. ¿Ellos ahora estaban amenazando con derramar nuestra sangre si no los salvamos?

—¿Qué hemos estado haciendo sobre esto?

—Como te habíamos dicho antes, Padre se ha estado entrevistando con los líderes de otros aquelarres. Por lo último que supimos de él, todos los aquelarres estarían enviando a sus líderes o al menos a un representante para venir aquí y así podamos hablar a fondo sobre un compromiso.

—¿Y necesito estar despierto para estas pláticas, porque…?

—Lo mismo había pensado —murmuró Lucas.

Lo miré cautelosamente, preguntándome cómo era posible que no hubiera madurado ni un poquito desde la última vez. En su cabeza, nosotros obviamente aun estábamos compitiendo… por qué, no tenía idea.

Shades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora