Capitulo 39: ~Sonrisas~

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- Bueno días – dije entrando al estudio.
- Oh _________ - dijo Mateo – ¿Ya estás bien?
- Me siento mejor que nunca. – dije con una sonrisa.
- Me alegra, cariño- dijo el sonriendo también.
- ¿Y cómo estuvieran las cosas mientras no estuve? – pregunté.
- Muy bien, ya sabes Cait es muy buena reemplazándote. – dijo Mateo.
- Esta bien. – dije – Voy a verla – dije el asintió con la cabeza. Caminé por el pasillo hacia la oficina de Cait.
- Buenos días a todos – saludé alegremente a mis empleados y socios. Llevé mi mano a mi vientre y lo acaricié, cuando llegué a la oficina de mi amiga abrí la puerta y ella estaba concentrada en la Laptop. – Si te pegas tanto a la pantalla te volverás ciega. – dije alegre. Ella levantó el rostro y me miro.
- _________ ¿Qué haces aquí? – dijo levantándose.
- Hola querida amiga ¿Cómo estas bien? Si yo también. – dije riendo.
- Tonta… Deberías estar descansando – dijo.
- Lo sé, lo sé. Pero tengo que trabajar también. – dije.
- Estás loca si crees que te dejaré hacerlo…. ¿Sabe Justin de esto? Lo llamaré. – dijo tomando el teléfono.
- Alto ahí traicionera, ni se te ocurra porque te golpearé. – dije y ella rió.
- ¿Y a qué se debe tan buen ánimo hoy? – preguntó cruzando los brazos.
- Bueno digamos la vida es bella. – dije sonriendo.
- ¿Quién eres? – dijo y las dos reímos.
- Además no creo que debas molestar a Justin porque si decimos de quien tiene que estar en casa debería ser el después del accidente. – dije
- ¿¡Después de qué? – gritó mi amiga.
- Antenoche Justin discutió con tu mamá y por la tormenta tuvo un accidente. – dije.
- Por Dios ¿Y está bien? – preguntó preocupada Cait.
- Sí, pero se lastimó el brazo izquierdo. Algunas heridas y se golpeó la cabeza, hubieras visto como casi me muero cuando supe que estaba en el hospital. – dije.
- Dios mío y yo ni sabia… ¿Qué clase de familia tengo? Que tal que hubiera sido algo peor… ¿Cuándo me lo dirían? ¿Cuándo sepultaran a mi hermano? – dijo enojada Cait.
- Tranquila, a todos nos dió un gran susto pero está bien. Ayer estuvo en casa pero ya sabes no dejó de trabajar, hoy lo mandé en táxi. Ni crea que manejara por lo menos en un mes. – dije riendo.
- Entonces… ¿Eso quiere decir que todo está bien entre ustedes? – preguntó, yo sonreí de nuevo.
- Estamos en eso. – dije
- ¿Eso quiere decir que ya dejo esa actitud?
- Pues mas o menos, pero eso no significa que lo dejaré ir tan fácilmente. – dije, Cait sonrió.
- Es bueno saberlo. – dijo – Oye ahora que lo recuerdo no me contaste que salió en los exámenes – preguntó, yo fruncí el seño, Cait era mi mejor amiga pero conocía su gran bocota así que no quería que Justin se enterara aún.
- Bueno pues nada raro… Solo se me subió la presión. – mentí, ella entrecerró sus ojos tratando de descifrar si mentía.
- Mmmm está bien. – dijo no muy convencida.


(...)


Abrí la puerta del departamento y prendí las luces, tiré el bolso en el sofá y bostecé.

 Hoy había sido un día largo. Llevé mi mano a mi vientre, debía comer así que caminé hacia la cocina abrí la nevera y miré lo que había. Drutas no. Tenía ganas de comer algo dulce, reí. Ya estaba teniendo antojos.

 Saqué algunas cosas para preparar la comida y también pensaba hacer algunas galletas, hace mucho que no las hacía y recordé que a Justin le encantaba mis galletas de coco. Saqué la carne de la nevera la empecé a cortar y luego la puse en el sartén con aceite para fritarla, empecé a pelar las patatas tenía pensado hacer un puré y algunos vegetales pero me detuve…

¿Por qué mejor no hacia unos spaghettis? Sonreí.

 Y así comencé a hacer la comida, mi estomago rugió una vez que saqué las galletas del horno, escuche la puerta y empecé a servir los platos sobre la mesa. Serví en los vasos Coca-Cola, Justin entró y me miró.
- Hola – dijo.
- Hola – sonreí.
- ¿Saliste? – preguntó quitándose el abrigo y soltando su corbata.
- Si – respondí.
- ¿A dónde? – preguntó entrando a la cocina.
- Fui a trabajar. – dije poniendo los vasos sobre la mesa.
- ____________ - empezó a decir.
- No me reclames que tu también lo hiciste. – dije.
- Pero es diferente. – respondió.
- ¿Diferente en qué forma? ¿Por qué soy mujer? Al menos yo no estrellé mi carro contra un árbol. – dije.
- Sabes que no me refiero a eso. En cualquier momento puedes recaer si te desgastas. – dijo.
- No lo estoy haciendo… Me estoy cuidando, solo fue por cansancio, yo no soy la que tengo un brazo lastimado. – dije sentándome.
- Eres imposible – dijo.
- Si lo sé. – sonreí – ahora siéntate, te preparé la cena. – el miro la mesa.
- ¿Llegaste hace mucho? – preguntó sentándose.
- No. – respondí con la boca llena y el rió.
- ¿Entonces preparaste esto en 20 minutos?
- Si.
- No sé cómo hacen ustedes las mujeres... – murmuró.
- Ya ves, somos especiales. – le guiñe un ojo.
- Es verdad. – admitió.
- Y ustedes los hombres no pueden vivir sin nosotras. – dije levantando una ceja y el bufó – ¿Ah, no crees?
- Creo que eso depende de cada quien. – dijo el.
- Entonces tú no puedes. – dije y el volvió a bufar.
- Claro. – dijo sarcástico.
- ¿Bieber o me vas a decir que no? ¿Eh? Desde que saliste de tu casa hemos vivido juntos así que cierra la boca. – dije.
- Sé cuidarme solo. – dijo.
- Si claro. Además sin las mujeres los hombres no tiene quien los complaciera. – dije con doble sentido y el se atraganto, empecé a reír.
- Pervertida. – dijo limpiándose la boca.
- ¿Yo? ¡Ja! Tu eres el mal pensado. – dije riendo y el negó sonriendo.
- Nunca vas cambiar mujer – dijo.
- Pero así e quieres. – dije agitando mis pestañas. El rió.
- Tal vez. – dijo terminado de comer.
- Después dices que no tenias hambre. – dije mirando su plato.
- ¿Qué me dices tú? Jamás te había visto tan hambrienta. – se burló.
- ¿Perdón? Eso jamás se le dice a una mujer. - dije haciéndome la ofendida. Me levanté y puse las galletas sobre la mesa, en las miró y luego a mí. Sonrió.
- Hace mucho que no las haces. – dijo mordiendo una.
- Lo sé. – dije tomando un sorbo de mi bebida.
- Espera. ¡Mi desayuno favorito, mi comida favorita, mi bebida favorita y mis galletas favoritas! ¿Qué tramas __________? - dijo levantando una ceja.
- ¿A qué te refieres? – dije haciéndome la inocente.
- Te conozco… ¿Qué me quieres decir? – preguntó.
- ¿Yo? Nada ¿Por qué? – pregunté. Levantándome de la mesa, puse los platos en el fregadero y me di vuelta para mirarlo, sin darme cuenta lleve mi mano a mi vientre – Quiero comer chocolate. – dije, Justin me miró extraño un momento.
- ¿Tienes antojo? – preguntó tratando de descifrar algo. Miró mi mano sobre mi vientre al ver que el hizo eso de inmediato, la quité.
- Si. – dije nerviosa.
- Creo que hay helado de chocolate en refrigerador. – dijo, levantándose.
- Gracias por la información. – dije lamiendo mis labios y el rió. Tomé el pote de helado metí una cuchara y lo llevé a mi boca saboreándolo, Justin negaba con la cabeza mientras sonreía.
- Voy a darme un baño. – dijo.
- Después de que lo hagas iré a tu cuarto para cambiarte las vendas del brazo. – dije, el se volteé y me miró.
- Eso puedo hacerlo yo – dijo
- Pero lo hare yo así que vete a bañar, apestas. – bromeé y el rió, luego salió de la cocina. Había visto a Justin sonreír hoy más de una vez y eso era satisfactorio.

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¡Bellezas! Como las extraño :C
Otra vez, lamento no subirles más seguidos. Y disculpen si contesto tarde sus mensajes, en serio tengo muchas cosas por hacer.

Estoy de muy buen humor n.n He visto todos sus comentarios, por Dios, gracias a todas por leer y por su apoyo <3

Otra cosa xD. "Arepas" es una comida típica de Venezuela. ¡Amo Venezuela!
Me encanta su cultura, comidas típicas, el acento :DTambien amo México, es más, conozco a varias Beliebers de allí y son muy divertidas! ^^  Algún día viajaré a esos dos paíces *_*

Las amo :*

Catching Feelings - Justin Bieber y Tu - 2°da Temporada de Fall [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora