Capítulo 8

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Vale, tengo una muy buena excusa para no haber actualizado antes.

1. Estuve en un crucero y no pude usar el internet, o para ser más específicos, no pude usarlos cuando estábamos en alta mar, y el tiempo que estaba en tierra me encontraba dando vueltas con un auricular en mi oreja mientras escuchaba a un guía hablar español con un acento demasiado fuerte. Y, como no paraba de hacer mil fotos a todo lo que veía la batería de mi móvil se encontraba agotada en cuanto teníamos un poco de tiempo libre.

2. Cuando volví a mi casita mi móvil mostraba fallos, una vez que entraba en una aplicación se salía automáticamente, después de buscar en internet lo programé en modo fábrica y restauré una copia de seguridad.

3. Mi ordenador estaba siendo usado por mi hermano, ya que el suyo está roto y todavía no le compran uno nuevo, y no podía quitárselo porque lo necesitaba más que yo.

4. Por último, un día se vino a mi mente la señora inspiración, sin avisar si quiera, y como es una amiga muy caprichosa tuve que atenderla para que no me abandonase, así que estuvimos hablando y me comentó algunas ideas para una historia original. De verdad siento el pequeño abandono de la historia, pero necesitaba tallar aunque fuera el protagonista de mi querido nuevo proyecto. Tengo demasiadas ideas en mi cabeza y poco tiempo para plasmarlas correctamente. Espero que tengáis paciencia, por supuesto podéis preguntarme por privado cualquier duda que tengáis, o incluso darme algunas ideas. No os olvidéis de que si queréis hablar para pasar el rato podéis contar conmigo, puede que no sea la más divertida o interesante pero estoy dispuesta a escuchar.

Y ahora os presento el nuevo capítulo de esta historia.😊

P.o.v. Hinata

Quedaban unos pocos minutos para llegar al gimnasio del Aoba Johsai. Yo había decidido ir solo, pero, el pesado de Kageyama, me había gritado un "¡No te dejaré ir solo, idiota!" y, después, se había dedicado a lanzar un par de insultos al aire. Así que, cuando llegamos, aparqué en un lugar poco visible y, el pelinegro y yo, nos dispusimos a avisar Kitsune.

Nos encontrábamos enfrente de la puerta cuando Kageyama preguntó

-¿Y cómo planeas decirle a Oikawa-san todo si está delante de su equipo?

-Me las apañaré de alguna forma.- respondí mientras me encogía de hombros -De todos modos no debes preocuparte por ello, ese zorro astuto sabrá manejar la situación a la perfección.- añadí con una sonrisa

Llamé con la fuerza suficiente para que el sonido sobrepasara el barullo que había en el interior. Tras unos segundos los gritos y golpes de balón que se escuchaban cesaron, y, en unos instantes, el entrenador nos abrió.

-¿Eh? ¿Qué hacen dos miembros del Karasuno aquí?- hizo una pausa- Entrad, os vais a quedar congelados si seguís afuera.

-No hace falta Mizoguchi-san- intervine -solo queríamos hablar un momento con Oikawa-san

-Está bien, esperad un momento- se dio la vuelta para volver a entrar en el recinto. Unos segundos más tarde el enorme cuerpo del capitán de Aoba Johsai apareció por la puerta de metal

-Tobio-chan y Chibi-chan, que sorpresa- saludó mientras se cruzaba de brazos -¿Ha ocurrido algo? Si queríais un autógrafo lo siento, pero mi horario de atención a fans acabó hace unas horas. Tendréis que volver más tarde- finalizó con una sonrisa burlona

-No es momento de bromas zorro astuto...- su expresión se ensombreció al escuchar mis palabras, todos sus músculos se pusieron en tensión, seguramente sus compañeros de equipo también se dieron cuenta, pues logré escuchar unos murmullos.

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