-¿Cómo va el entrenamiento por Karasuno?- pregunté con una sonrisa forzada
-Bueno, sin contar todo lo que ha pasado hoy, hemos avanzado bastante- contestó, le temblaba la voz, Bokuto había empezado a sacarle la bala con las pinzas, varios de mis compañeros apartaron la vista.
-Por cierto, ¿quién nos persigue?- pregunté enarcando una ceja
-Eso...- comenzó
-Es una historia muy larga- finalicé yo con una sonrisa sarcástica, el lanzó al aire una risa nerviosa.
-Sí, pero la versión corta te la puedo contar- comentó con una sonrisa genuina.
-Si no es mucha molestia...
-Digamos que... Los que nos atacaron hace poco eran... Secuaces por así decirlo de un viejo amigo...- hizo una pausa para respirar, Bokuto había empezado con la aguja, Hinata tembló.
-¿Un viejo amigo?- pregunté intentando desplazar su atención hacia mí, al parecer funcionó pues pronto recuperó la compostura.
-Sí, tuvimos unos pequeños problemas con él en el pasado...- había nostalgia en su voz.
-¿Bokuto, Mierdikawa y tú?- pregunté, en verdad no sabía si ellos eran los únicos en ese grupo, el castaño no había respondido a ninguna pregunta, ni siquiera al entrenador o a mí. -Oikawa no nos ha querido decir nada.
-Eso es porque no sabía si podía contaros algo- interrumpió el mencionado, estábamos cerca de él, pero no creía que nos llegara a escuchar.
-Siempre metiendo el hocico en conversaciones ajenas- susurró, «¿Era así la frase hecha, o he escuchado mal» pensé.
-¡Te he oído!- gritó con queja.
-Lo sé, ahora concéntrate en la carretera, no he llegado hasta aquí para tener un accidente por culpa de un zorro estúpido.- finalizó con una sonrisa socarrona, a pesar de ir en broma el otro le hizo caso.
-¿Cómo lo haces?- me sorprendí tanto ante la obediencia del castaño que lo dije en voz alta.
-Oh- me miró cálidamente -Es sólo que nos llevamos lo suficientemente bien como para que cumpla mis órdenes sin rechistar. Si quieres puedo pedirle que te haga caso cuando tú quieras.- me quedé anonadado, ¿de qué se conocían estos dos?
-¿De verdad qué te haría caso si se lo pidieras?¿Y siempre sigue tus órdenes?¿Qué narices le hiciste para conseguirlo?- tenía demasiadas preguntas, y las que había formulado solo eran unas pocas.
-Bueno, en la mayoría de las situaciones me harían caso, pero si yo ahora le digo a Koutaro que deje de curarme no lo haría.
-¿Por qué?- Hinata había captado completamente mi atención en ese momento, siempre le había visto como un buen jugador, pero sólo como eso, en verdad no le conocía absolutamente nada. Normalmente no cotilleo la vida de los demás, claro que en mi equipo era otra cosa, de vez en cuando salíamos todos juntos a tomar algo, pero cuando veía a alguien que no pertenecía a mi círculo diario no me interesaba absolutamente que había detrás de la faceta de "jugador". Sin embargo había descubierto que Hinata, Bokuto, Oikawa y quién sabe más escondían muchos secretos, todos ellos eran un completo misterio; Si tuviera que clasificar a las personas como si fueran puzzles yo sería uno de 100 piezas y Hinata sería de 30.000 . Poca gente me despertaba tanta curiosidad, y el hecho de que confiara en mí sin siquiera conocerme no hacía si no aumentarla.
-Porque pondría en peligro su vida- contestó el peliplatino, seguía cosiendo a Hinata, el agujero era pequeño, pero podía entender que esto no era una sala quirúrgica y que estaba siendo muy cuidadoso de no cometer ningún error.
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Cuervo
FanfictionEra un día como cualquier otro en la preparatoria de Karasuno, los alumnos reían o lloraban, según como les fuese en el ámbito escolar. Como cualquier otro día ordinario, el equipo masculino de voleibol practicaba en el gimnasio, pero... Una alumna...