Un fuerte sol, tan fuerte que quema mi piel, mi fea y horrible piel, me encuentro perdida, tengo sed, hambre, dolor, amor, odio, no aguanto, he intentado levantarme, pero ellos hacen que caiga en un abizmo donde nunca podré salir.
Lagrimas inundan mis ojos al recordar quien era antes y quien soy ahora. Estoy sola, no tengo amigos, ni si quiera un ciego se me arrima. Todo por culpa de aquel accidente. El amor de mi vida, al quien le dí todo mi ser jugó conmigo de la manera más trágica del mundo. Sólo tuve un libro. Mi diario, mi único desahogo durante estas cien noches.
Esta es mi historia:
Me desperté por los ladridos de mi perro Cacho, las 7:15am voy tarde. Tomé Rápidamente una ducha, me coloque mi uniforme, tome mi maleta y fui rumbo a la secundaria, no sin antes ignorar a mi querida madre brindadome desayuno.
-Joder! son las 7:45am y no voy ni a mitad de camino-justamente escuché un auto, era mi novio Luis, gracias Dios, mi amado principe vino a buscarme.
Al llegar nos dirigimos a nuestro salones, donde la maestra:
—Señorita Lutero, ¿que son estas horas de llegada?—hizo gesto de desagrado.
—Disculpe profe—me interrumpió.
-—Que no se vuelva a repetir.
En fin al llegar el alabado receso ví a mi mejor amiga Marta.
—Daniela! No sabes la última? Habrá una fiesta en casa de Couit en dos semana.
—Enserio!? No me la perdería, soy la más popular tengo que estar si o si. —nunca pensé que esa fiesta me arruinaría la vida de la manera más asquerosa del mundo.
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El diario de las 100 noches
HorrorVeía todo oscuro, todo negro, no sabía que pasaba por mi cabeza, todo lo que salía de mis poros era dolor, un dolor amargo que me tenía cautiva, y me llamaba la atención seguir buscando en el mismo, más dolor. Sin dejar fuera una soledad, era un vac...
