capitulo 8

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Cuando llegué, mi casa estaba totalmente sola, lo que es extraño, pero bien, si mi madre me ve en este estado, se preocuparía mucho. Subí a mi habitación, pasé alcohol por todos los golpes. Me dolía mucho.

Escuché el l teléfono sonar, fui rápidamente. Nunca pensé que la vida fuera tan miserable, nunca hubiera imaginado una vida sin lo más presiado, y no era exactamente Luis.

—¿Habló a la casa de la señora Zonia de Lutero?

—Si soy su hija, ¿que pasa? —digo intrigada.

—Lamento informarle que su madre ha sufrido un accidente automovilístico, y esta en mal estado, en el hospital central. —mi mundo se vino abajo, lágrimas iban y venían. Rápidamente salí de mi casa al hospital, pero ... llegué tarde.

—Señorita calmese, debe ser fuerte.

—¿Como quiere qur me calme? me acaba de decir que perdí a mi madre, lo único que tengo. —Nunca me había sentido tan mal.  Ella era todo, no me importaba que me pasara, pero mi madre tendría que estar aquí, la muerta debería ser yo, soy un desecho. Me odio a mí mismo.  ¿Qué será de mi vida sin mi madre? Estoy sola.

Mi padre vino al funeral, no sé de donde sacó tantas lágrimas. Luis vin, le pedí que se marchará, no quiero ver a nadie, mucho menos a él.

El diario de las 100 nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora