Sin arrepentimientos

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Luego de haber huido del Simon que no la recordaba y de la canción mundana Isabelle comprendió que no solo ella sufría, tuvo que consolar a una Clary destrozada por la aún amnesia de su mejor amigo. Toda una vida era más de lo que Isabelle lo había conocido y ver a Clary de esa manera le partía el corazón, luego de quedarse con ella esa noche se dijo a si misma que mañana iría y hablaría con el sin importar lo que pasara, lo haría por ella y su mejor amiga.

A la mañana siguiente se levantó temprano, entrenó, desayunó junto a su madre y sus hermanos ya que ellos habían decidido quedarse un tiempo por ella y salió llena de esperanzas. Al momento de llegar al instituto de Simon se percató de que era temprano, se sentó en el césped del amplio campus a esperar, varios chicos volteaban a verla otros le lanzaban piropos pero ella no se interesó por ninguno de ellos. Sus pensamientos, toda ella mejor dicho le pertenecía a Simon Lewis.
La hora marcaba el momento de salida de los estudiantes, algunos con paso apresurado se abrían camino entre los que conversaban con amigos de tareas y maestros gruñones para luego ir a sus casas. Isabelle no vio por ningún lado a Simon, pudo divisar a sus amigos a lo lejos pero el no se encontraba con ellos. Tal vez se quedó a estudiar dentro y por eso no salió con ellos, pensó. No se atrevió a entrar pues no quería asustarlo asi que decidió regresar, fue a casa de Clary a buscarla pues ella se había ido en la mañana.

— Izzy querida pasa, estas en tu casa — saludó un sonriente Jocelyn —llamaré a Clary, ya regreso.
— Gracias Jocelyn.
A los pocos segundos una chica de cabellos color zanahoria bajaba a zancadas por las escaleras, apresurada por abrazar a su amiga.
— Izzy que bueno que estas aquí, me sentía tan aburrida...y sola — dijo mientras apretujaba a su amiga.
— No te preocupes he venido por ti, ve arriba ponte bonita que vamos a salir en una tarde de chicas.
Con una gran sonrisa en los labios Clary subió corriendo por las escaleras a su habitación para arreglarse.
Compraron ropa de infarto, comieron, fueron al cine, pasaron una tarde excelente. Dos amigas contra el mundo...
Jocelyn le permitió quedarse a Clary en el instituto para que pasara más tiempo con Izzy, Clary en su aburrimiento se le ocurrió una grandiosa idea, hacer karaoke.
—No se si esto sea buena idea — Alec lucía dudoso mientras colgaba la llamada, Izzy le había ordenado prácticamente llamar a Magnus ya que él podría hacer participar a Alec y seria un acto digno de ver.
— No puedes retractarte Alec, además no puedes ni debes dejar solo en esto a tu amado y perfecto parabatai —dijo Jace, quien lucía extrañamente emocionado.
—Hago esto porque Izzy me amenazó, no por ti — sentenció Alec.
Cuando la pizza llegó, el café de Clary e Isabelle estuvo listo y el resto de comida que pidieron del Jade Wolf llegó se dio por inaugurada la noche de karaoke, con Jace tomando la delantera.

I knew you were
You were gonna come to me
And here you are
But you better choose carefully
'Cause I'm capable of anything
Of anything and everything
Make me your Aphrodite
Make me your one and only
But don't make me your enemy, your enemy, your enemy
So you wanna play with magic
Boy, you should know whatcha falling for
Baby do you dare to do this
Cause I'm coming atcha like a dark horse...

Una sonora carcajada hizo eco en toda la habitación, era Magnus quien acababa de llegar.
— Esa canción no te va para nada rubio teñido, el que hace magia aquí soy yo querido.
— ¡NATURAL, BANE! Soy rubio natural...y no te golpeo sólo porque eres el novio de Alec.
— Además yo no te lo permitiría Jace — interviene Alec mientras se levanta del sofá a recibir a su novio, dándole un pico en los labios.
— ¿Empezaron sin mi garbancito?
— Lo siento cuñado, Jace estaba impaciente.
— Puedo verlo querida Izzy — suelta otra sonora carcajada acomodándose en medio de Izzy y Alec — ¿Garbancito vas a cantar para mi?
Alec al momento de escuchar a Magnus pronunciar esas palabras se sonroja tan rápidamente e Izzy compara el color de sus mejillas con el de un tomate muy maduro, Magnus se queda viéndolo fijamente con una sonrisa lasciva en sus labios para provocar que su novio se ponga mas nervioso y lo logra, Alec comienza a tartamudear.
— Basta ya, gracias a la interrupción de Magnus he tenido que escoger otra canción.

Fuera de mi ligaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora