JAVI POV
De nueva cuenta unos sonidos salidos como de ultratumba me despertaron. Pero esta vez no eran Momo y Effie quienes me daban los buenos días sino el maldito despertador. Como pude, lo apagué y traté de volver a dormir, pero mi cabeza era presa de un dolor intenso que me obligó a levantarme.
No me considero un bebedor habitual, pero ayer no sé qué mosca me picó que parecía que quería acabarme todo el alcohol del mundo. Beber es fácil, lo difícil es aguantar las consecuencias en la mañana.
La maldita resaca amenazaba con hacer estallar mi cerebro, por lo que no me quedo más remedio que ponerme a buscar como desesperado las pastillas que Miki siempre toma para el dolor de cabeza. Solo recordaba que las guardaba en un pastillero rosa fosforescente con su nombre.
Después de una larga búsqueda, finalmente las encontré debajo de la cama y procedí a tomarme dos. El dolor desapareció casi al instante así que me fui a entrenar, aprovechando que Miki se había ido a una presentación.
Me senté en el vestidor y mientras ataba los cordones de mis patines, mi visión empezó a tornarse borrosa.
«Qué raro»—pensé, pero no le di importancia.
Cuando me incorporé para irme a entrenar, todo empezó a dar vueltas a mi alrededor. No me quedó más remedio que volver a sentarme. Las manos me sudaban, las piernas me temblaban, mi corazón latía desbocado. Traté de calmarme diciéndome: «Es normal que te sientas así, ayer andabas de parranda, Javi. Dentro de poco se te pasará, deja que las pastillas surtan efecto».
Pero el mareo no se iba, sino que empeoraba y sentí que las fuerzas empezaban a fallarme. Afortunadamente, Yuzu iba entrando en esos momentos. Cuando vio el estado en que me encontraba, su hermoso rostro se tornó preocupado. Corrió hacia mí y mientras tocaba mi frente, me dijo:
—Te ves pálido, Javi ¿estás bien?
—No es nada, es solo que me tomé unas pastillas para el dolor de cabeza y...
De repente todo se oscureció.
YUZURU POV
Javi se desmayó en los vestidores, pensé en llamar a su novia, pero el tonto había dejado el celular en su casa. Lo único que se me ocurrió en esos momentos fue pedir un taxi y llevarlo al doctor. Camino al hospital, Javi se despertó y me suplicó:
—Yuzu, llévame a mi casa, por favor.
No sabía donde vivía así que le pedí que me diera indicaciones. Llegamos a su departamento y una vez dentro, fuimos a su recamara donde lo ayudé a quitarse los zapatos y a acostarse en la cama. Me di la vuelta listo para marcharme, pero Javier me detuvo aferrándose fuertemente a mi brazo.
—Yuzu, no te vayas todavía. Ven, siéntate a mi lado.
—Javi, no creo que eso sea buena idea. Tú lo que necesitas es descansar.
—¡Que te sientes te digo! ¿Qué no eres mi amigo?—gritó Javi furioso.
Aquello realmente me perturbó un poco. El Javi que conozco no es así, es amable y dulce. Aún recuerdo cuando perdí contra él por primera vez en el campeonato mundial del 2015 y me puse a llorar, él tomó mi rostro entre sus manos y me dijo esas palabras que se me quedaron grabadas en el alma para siempre:
"Siempre serás el campeón en mi corazón".
Nunca olvidaré ese momento mientras viva. Aunque quizás él ya lo haya olvidado.
Me senté en la cama como él me lo indicó. Sin embargo, mantuve mi distancia. Su cercanía me pone mal. Me duele no poder tocarlo, besarlo como lo hago cada noche en mis sueños. Me di cuenta que él me miraba fijamente. Desvié la mirada: no quería que se diera cuenta del amor contenido en mis ojos.

ESTÁS LEYENDO
TRES SON MULTITUD
FanfictionJavier Fernández es un exitoso patinador artístico que entrena junto a su mejor amigo y acérrimo rival Yuzuru Hanyu. El amor también le sonríe: tiene una relación estable con su novia Miki con quien planea casarse pronto. Pero, un día unas pastilla...