JAVIER POV
Es de noche, me recuesto un rato, cansado del trajín del día de hoy y de la verborrea de mi familia.
No me malinterpreten, amo a mi familia pero pueden ser un poquito impertinentes. Sobre todo Laura que no dejó de hacerme bullying delante de mi prometida. Tiene suerte que toda la familia estuviera ahí o le hubiera dado una patada voladora. Just kidding, soy incapaz de pegarle a una dama... bueno técnicamente Laura no es una dama sino una demonia salida de las profundidades del infierno para atormentarme. Así que, para evitarme más conflictos, preferí despedirme e irme a dormir. Para olvidarme por un momento de todo.
Cierro los ojos por enésima vez, pero la imagen de Yuzuru, tirado en el suelo, aparece de nuevo, atormentándome. No dejo de sentirme culpable por haberlo dejado abandonado a su destino en el piso de los vestidores del TCC.
Pero, ¿qué más podía hacer? Él necesitaba ayuda médica profesional, yo no hubiera sido de utilidad quedándome ahí.
O al menos es lo que me repito sin cesar para sentirme menos mal.
Por un momento siento la necesidad de llamarlo para saber que está bien. ¿A quién quiero engañar? Solo quiero limpiar mi consciencia que me carcome por dentro día y noche porque yo sé muy bien que el ataque de asma de ese día fue por mi culpa.
Tomo el celular después de mucho pensarlo y estoy a punto de marcar su número cuando escucho que tocan a la puerta: ¿Quién podrá ser a estas horas?
Abro la puerta: es Miki quien se abalanza sobre mí y devora mi boca. La aparto rápidamente mientras volteo a mí alrededor
—¿Qué haces aquí? Mi familia podría vernos.
—Lo sé, pero hace mucho que no estamos juntos. Además, la fantasía de ser descubiertos por tu familia me excita un poco.
Cierra la puerta tras de sí y me empuja a la cama.
Antes de que pueda reaccionar, ella se quita la bata de baño que trae puesta y la deja caer al piso quedando completamente desnuda.
—Javi, hazme el amor.
Me abalanzo sobre ella como un león hambriento y me pierdo en la suavidad de su cuerpo. Sin embargo, en el momento en que me adentro lentamente en ella, llegan extraños flashbacks a mi mente y por fin recuerdo el momento que mi cerebro suprimió durante mucho tiempo: esa tarde cuando me acosté con Yuzuru. Los recuerdos inundan mi mente en cascada: como se sentía su cuerpo debajo del mío, rodeándome; como su hermoso rostro susurraba mi nombre entre suspiros. No, esto no puede estar pasando ahora. Trato de sacudir los recuerdos de mi mente para concentrarme en Miki, después de todo ella es mi novia, ¿no? No puedo fallarle ahora, no se lo merece.
Sin embargo, el rostro de Yuzuru no desaparece de mi mente por más que lo intento. No sé qué hacer: estoy confundido, desesperado. El terror empieza a apoderarse de mí, expandiéndose como un agujero negro y devorando todo lo que está a su alrededor: entre las víctimas, mi cordura.
Miki abre los ojos y al ver el miedo dibujado en los míos, acaricia mi rostro con sus largos y suaves dedos. No quiero que ella se dé cuenta de lo que está pasando, pero mi cuerpo me traiciona: la erección desaparece.
Avergonzado, intento justificarme: "esto nunca me había sucedido, debe ser por el cansancio del viaje, quizás si esperamos un rato esto se me pase", y un largo etcétera de excusas salen de mi boca como si de diarrea mental se tratase.
Ella solo recuesta mi cabeza sobre su pecho y besa amorosamente mi frente:
—No pasa nada, amor. Aún tenemos muchos días por delante para estar juntos.
Aunque ella intenta consolarme, noto un dejo de tristeza e insatisfacción en su voz. Le pido que se quede a dormir conmigo para compensar el penoso espectáculo de esta noche, pero ella rechaza la propuesta.
Miki se marcha después de un rato y me deja de nuevo a solas con mis demonios internos. Me esperan largas horas de insomnio y es que no sé cómo reaccionar al descubrimiento que he hecho en las últimas horas. Tuve sexo con mi mejor amigo y lo peor es que lo disfruté.
Estoy a punto de enloquecer cuando él aparece de nuevo frente a mí.
El hermoso ángel.
Incapaz de controlarme corro hacia él y beso sus rojos labios. Pero él no me corresponde. Permanece frío, impasible ante mis muestras de afecto.
—¿Qué te sucede, hermoso? —susurro mientras lo tomo de la cintura atrayéndolo hacia mí.
Acaricio su níveo rostro con la palma de la mano hasta que rompe en llanto.
—Javi, me han hecho daño —logra decirme entre sollozos.
Y en efecto, me doy cuenta que hay rastros de sangre seca en la delicada túnica transparente que ciñe su suave y curvilinea figura, al igual que en sus manos.
La ira se apodera de mí: ¿Qué monstruo ha sido capaz de maltratar a tan dulce e inocente ser?
Sin pensarlo dos veces, lo envuelvo en un cálido abrazo mientras beso apasionadamente su cuello y esta vez puedo sentir como se estremece.
—Dime quien te lastimó, y mataré a ese desgraciado. Te lo juro por lo más preciado que tengo en este mundo, que eres tú.
El ángel sonríe tristemente mientras una lágrima se desliza por su mejilla.
—Fuiste tú, Javi. Tú me destrozaste.
—Pero como...
El ángel se acerca a mí y por fin puedo ver su rostro claramente.
Es Yuzuru.
Yuzuru es el ángel que se aparece en mis sueños.
Por eso, las últimas palabras que salen de su boca me destruyen por completo:
—Nunca volveré a ser el mismo por tu culpa.
NOTA: Un agradecimiento especial a mi amiga Nath Monasterio por ser mi beta reader y darme algunas sugerencias.
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TRES SON MULTITUD
FanfictionJavier Fernández es un exitoso patinador artístico que entrena junto a su mejor amigo y acérrimo rival Yuzuru Hanyu. El amor también le sonríe: tiene una relación estable con su novia Miki con quien planea casarse pronto. Pero, un día unas pastilla...