Cicatrices - BTS

007

Parte del grupo estaba practicando mientras a los demás le tocaban prepararse para grabar. En esa parte del grupo se incluía Jimin, Rap Monster y Jin. Y a mi me tocaba ocuparme hoy de Jimin.

Cuando dejé mis cosas en una zona del sofá y me dirigí en el tocador en el que él estaba sentado, lo escuché cantar, parecía que incluso después de las prácticas él no descansaba. Mientras me acercaba y lo veía a través del espejo me di cuenta que había ocasiones en las que se regañaba a sí mismo por no alcanzar lo que quería. Se notaba que él no se valoraba tanto como solía decir a las cámaras.

—No deberías ser tan duro contigo mismo—dije sin saludar.

Él dejó que cantar. Había estado tan concentrando y ocupado en cantar y verse bien ante un espejo que no se había dado cuenta de que le había estado mirando. En otras palabras, se asustó.

Se llevó la mano a la cabeza y se rascó. Su rostro era inexpresivo.

—Hola hermana de Young Mi, yo también estoy encantado de conocerte—dijo dibujando una sonrisa en su rostro e ignorando lo que le había dicho.

Enarqué una ceja.

—Claro, es un placer verte por primera vez—le respondí con ironía.

—Lo sé, es imposible que verme no resulte un placer.

Se rió de su comentario y yo simplemente me limité a negar con la cabeza con sorna. Lo que había visto al principio antes de hablarle y lo que veía ahora eran actitudes totalmente diferentes. Jimin daba la sensación de tener miedo a mostrarse, es como si le hubiese dado a un botón de eliminar temporalmente al inseguro Jimin que había visto al principio. Y eso que estaba viendo no me gustaba. Sin darme cuenta fruncí el ceño mientras le miraba a través del espejo. Él también me miraba y se notaba que se estaba incomodando.

—¿Pasa algo?—me preguntó.

Obviamente en este punto su sonrisa había desaparecido. Cogí de la silla y lo eché hacia atrás. Al igual que la mayoría se sorprendió por este gesto.

—No-dije—. Estaba pensando.

—Estabas seria, casi te salen arrugas—dice Jimin intentando darle humor al ambiente.

Me encojo de hombros; signo de lo poco que me importaba.

—No tengo miedo a que me salgan.

—¿Eh?

Se volvió a sorprender. Empecé a sacar el material que necesitaba para maquillarlo.

—Es raro.—Le miré y le pregunté a qué se refería.—Normalmente a uno no le gusta ver que se está volviendo viejo y que va perdiendo la belleza—me respondió.

Reí entre dientes mientras lo escuchaba.

—Eres extraña—añadió.

Cuando terminé de sacar el maquillaje me giré a mirarlo.

—Tu también lo eres.

En cuanto solté esas palabras pude notar cómo se las había tomado y no precisamente a bien, pero al parecer sabía disimularlo. Era una pena que sus ojos al evitar los míos fuera algo que le delatara.

—No te entiendo...—murmuró.

Me había apoyado en la mesa. Rodé los ojos. Qué molesto.

Me disculpé un momento y me fui a por mi bolso. Cuando me acerqué al sofá estuve tentada a sentarme pero me limité a coger mi móvil y mis auriculares. No iba a ignorar a Jimin mientras trabajaba, pero en aquel momento necesitaba música.