❝De mera casualidad se conocieron en la preparatoria, cuando Sehun estaba en su último año y preparaba el examen final pasando tardes enteras en la biblioteca, mientras que Luhan apenas comenzaba su ciclo y sólo iba a pasar el rato.
Sehun sabe que L...
Álgebra, química e historia, las tres asignaturas correspondientes a esa semana de estudio.
Arrastrando los pies por el piso de madera, llevando a duras penas su mochila y con una expresión de los mil demonios, se encaminó hacia los estantes donde se encontraban los libros de historia, siendo aquel el último que faltaba para poder ir hacia las mesas y comenzar con su productiva tarde.
Se preguntaba el por qué jamás aceptó la oferta de su madre por ir a una institución artística siendo que lo que más le gustaba hacer era bailar, el por qué aceptó ir a una preparatoria como todas las demás y seguir su vago sueño de ir a la mejor universidad de Seúl para estudiar algo relacionado con literatura.
—Bueno, de todas maneras terminaré siendo un vagabundo. —murmuró para sí mismo, suspirando por enésima vez de lo que llevaba dentro de la biblioteca y doblando hacia el pasillo que contenía todos los libros relacionados con historia de Corea del Sur.
Ya estaba visualizando el libro que sacaría, pero de un momento a otro el mundo parece temblar y, sin saber la razón, termina desparramado en el suelo cual estrella de mar.
Parpadea repetidas veces, intentando hacer conexión y poco a poco volviendo a ser consciente de su entorno. Logra escuchar unos quejidos a su espalda y una de sus neuronas no afectadas por el fuerte impacto cae en cuenta del motivo por el cual ahora yace en el suelo.
—Ah, ah —la suave voz sigue quejándose y lentamente voltea la cabeza, logrando ver una brillosa cabellera castaña apoyada contra el estante—. Duele, duele.
—Idiota.
Es lo único que se le ocurre a Sehun, cerrando los ojos con irritación mientras se reincorpora, quedando sentado y haciendo frente al muchacho.
— ¡Pero si tú tropezaste conmigo! —lloriqueó el castaño, levantando la cara para mirar con un pequeño mohín al alto— ¡Idiota tú!
Y Sehun no fue capaz de decir nada más.
Su respiración se cortó al dar con esa carita de ciervo tan expresiva, infartándose al desviar la mirada a esos delgados labios que se fruncían en un adorable mohín y esos ojos de Bambi buscando a su mami.
— ¿Qué tanto me ves? —el chico llevó sus propias manos a su rostro, tanteando por sus costados repetidas veces— ¿Tengo algo acaso?
— ¿Por qué me hablas informalmente? Soy de último año, niño. —fue lo único que salió de sus labios, saliendo de su aturdimiento y volviendo a adoptar su expresión seria de siempre.
Un sonrojo se extendió por sus mejillas y Sehun por poco vuelve a morir de un paro cardiaco.
—Lo siento, senpai.
—Estamos en Corea.
—Lo siento, ¿Hyung?
Volvió a levantarse, sacudiendo el polvo de su ropa por estar en el suelo y así obteniendo además una mejor vista de lo que rodeaba al otro: montones de mangas de todo tipo estaban esparcidos por el suelo, unos abiertos en distintas páginas y el resto cerrados y apilados justo en la pasada.
Sintió un ligero tic en su ceja al fruncir el ceño.
— ¿Qué te parece si mejor vas a una mesa y, uhm, no estorbas a la gente cuando quiera venir a este pasillo? —soltó lo último con un tono más amargo, desesperándose un poco al ver que el muchacho ni se inmutaba.
—Si querías que me sentara contigo sólo tenías que pedirlo, hyung. —dijo alegremente, levantándose para sacudir su parte trasera y volviendo a agacharse para tomar sus cientos de mangas.
Sehun quedó de piedra.
—Ah, por cierto, me llamo Luhan, Lu es mi apellido y Han es mi nombre, pero al parecer a los coreanos no les gustan los nombres tan cortos y prefieren decir mi nombre completo como si sólo fuese el nombre —murmuró conforme apilaba más y más mangas en sus brazos—. No, espera... ah, me confundí.
Sin saber el motivo, soltó un gruñido y se hincó para ayudar al castaño con sus historietas, ganándose una brillante y aniñada sonrisa que hizo que se quedara ciego por breves segundos.
—Sí, sí. Me llamo Oh Sehun y más te vale que no me molestes mientras estudio.
Nunca supo por qué, por primera vez, se sentó junto a alguien en su mesa habitual, retomando su estudio y dándole de vez en cuando miraditas de reojo a Luhan, quien leía sus mangas acatando sus órdenes.
De alguna manera, le agradaba la compañía del menor incluso si no lo conocía.
❁
Tenía tantas ganas de leer algo como fluff o comedia Hunhan que al final decidí escribirla :'/.
Será cortito, pero ojalá les guste♡.
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