8: Cómo sobrevivir a su declaración.

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Como ya se le estaba haciendo costumbre, Sehun, en vez de tener la cabeza metida en sus libros, yacía observando aburrido las mil y un expresiones de Luhan mientras leía sus mangas.

Aquel no parecía ser del tipo que usualmente leía, ya que sus ojos bien abiertos y el pequeño rubor en sus mejillas era algo que nunca había visto antes. Analizó la portada de la historieta, alcanzando a leer "Katekyo" y una imagen de dos hombres a medias debido a la posición en la que se encontraba.

Eso último no tiene sentido para Sehun, ya que siempre creyó que en los mangas aparecería el dibujo de la protagonista o el de ella con su amado.

— ¿Qué estás leyendo?

Como si lo hubiesen pillado haciendo algo ilegal, el castaño salta de su lugar y mira al mayor con el rostro pálido.

— ¿Q-q-qué?

— ¿Qué lees? —repitió la pregunta de mala gana, apoyando la cara en el dorso de su mano.

—Na-nada, se-senpai.

Si algo había aprendido de él con todo el tiempo que llevaban juntos, era que Luhan jamás, pero jamás se ponía tan nervioso.

Entonces, ¿Qué lo tenía así?

— ¿Qué te he dicho sobre mentir, mocoso?

Luhan pareció entrar en pánico y de la nada se levantó de su asiento para correr despavorido hacia uno de los pasillos, siendo seguido por un molesto Sehun, harto de que huyese de esa manera.

Hilarantemente lo encontró de espaldas a él una vez recorrió la mayoría de los pasillos, mirando hacia donde antes estaban sentados con un ligero temblor en su cuerpo. Lentamente se acercó y, sin hacer ruido, no encontró nada mejor que jalarlo de su mano y adentrarlo hacia uno de los pasillos más vacíos, finalmente empujándolo contra el estante y encerrándolo entre sus brazos a cada costado de su cabeza.

—Deja de huir, Luhan.

—S-senpai...

— ¿Qué pasa? ¿Por qué te estás comportando de ésta manera? —su tono de voz fue suave, sintiéndose un poco exhausto con esa extraña situación— Acaso... ¿Te sientes incómodo conmigo?

Un deje de tristeza fue lo que percibió el menor y, fijándose bien, vio que estaban a la par de los ojos decaídos de Sehun mirarle con un extraño anhelo, el mismo que estaba logrando que sus mejillas se calentaran a más no poder junto a sus erráticos latidos.

—No es eso —negó rápidamente, deseando no ver más al mayor triste—, sino que es a-algo más...

— ¿Qué es ese algo más?

Podía sentirlo. Inconscientemente se acercó más al castaño con el fin de intimidarlo y hacer que hablase, por lo que apenas pudo percatarse de que estaban un poco —demasiado—cerca uno del otro, a tal punto de que podía sentir la irregular respiración del más bajo contra la suya.

Luhan lo miró fijamente a los ojos y formó un adorable mohín.

—De seguro para ti sería fácil decirlo.

Sehun ladeó la cabeza.

— ¿Decir qué?

El castaño se cruzó de brazos y le miró fulminante.

—Ya sabes... cómo en los mangas...eso...

— ¿Qué mangas?

—En esos que son shoujos, pero que a la vez no lo son porque son de otro género, parecido al shoujo, pero donde la protagonista en vez de ser protagonista tiene algo más en su parte baja...

Sehun sonrió, habiendo perdido el hilo desde que escucho el primer "shoujo".

—No he leído mangas desde que era niño, Lu, y si lo hice fueron los de Dragon Ball Z y Yu-Gi-Oh.

— ¡Ah, cabeza de anémona! ¡Creo que estoy enamorado de ti, senpai!

Sehun se quedó en blanco.

— ¡Y me refiero al yaoi! ¡Porque, por lo que sé, no tengo un pancito allá abajo como para decir que somos un manga shoujo!

Antes de que Sehun pudiese procesar todo lo dicho, Luhan tomó sus mejillas y se elevó de puntitas, alcanzando a dejar un fugaz beso en sus labios, poniéndose tan rojo como un tomate cuando éste permaneció con la misma expresión de antes.

— ¡Y ya sé que te gustan las chicas rubias con labial, pero tenía esto desde hace un tiempo y se me estaba haciendo insoportable de guardar!

No obtuvo respuesta.

—Bien —suspiró decidido, apretando los labios y dándole una extensa mirada al alto—, ahora, si me disculpas, iré a hacerme burbuja, chocar contra un cactus y desaparecer para siempre.

Se inclinó para pasar por debajo de los brazos de Sehun, sintiéndose demasiado avergonzado como para mirar hacia atrás. Sin embargo, cuando se vio nuevamente jalado hacia atrás y encarcelado, sus pulmones expulsaron todo el aire que había estado conteniendo.

—Te prohíbo que te hagas burbuja y desaparezcas —gruñó irritado, inclinándose para dejar un corto beso en los delgados labios de Luhan, dejándolo aturdido—. Tú te atreviste a dar el primer paso, así que hazte responsable de mí.

Los ojos de Luhan se iluminaron con lo último, sintiendo cálido su corazón.

— ¿Así que dejarás que sea el seme?

—No sé de qué estás hablando.

—Te sorprenderá —soltó emocionado, agarrándose de los hombros de Sehun cuando éste abrazó su cintura—, es un mundo que conocí hace poco y no creerás todo lo que se encuentra allí.





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Cómo sobrevivir a Luhan y no morir en el intento » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora