Cómo sobrevivir a Luhan y no morir en el intento » hunhan.

7: Cómo sobrevivir a su tristeza.

Fue brutalmente empujado contra uno de los estantes del pasillo de biología y, antes de poder replicar, los labios de esa salvaje chica ya se encontraban devorándolo por completo.

No supo cómo llegó a esa situación, sólo que le dijo a un concentrado Luhan que iría a buscar un libro y ya, pero jamás pensó que de entre las sombras estuviese aquella rubia y lo interceptara de esa manera.

Lo más extraño de todo es que no le estaba gustando aquello, por lo que intentó alejar a la chica de los hombros mientras ésta ponía resistencia y, al contrario, se pegaba mucho más a su cuerpo, intentando crear algún tipo de fricción en su zona baja.

Y, siendo sincero consigo mismo, estaba lejos de sentirse excitado.

—Hey, hey. —la frenó cuando logró apartar su boca de la suya, incomodándole la sensación de labial sobre sus labios.

La rubia se desconcertó al ser alejada y caer en cuenta en la expresión incómoda del pelinegro, por lo que se cruzó de brazos y puso una expresión de fastidio.

— ¿Qué te sucede, oppa? Jamás me habías apartado así.

Sehun quiso responder que lo sabía y tampoco tenía respuesta a su interrogante, pero decidió guardarse sus pensamientos. Si ella hubiese hecho lo mismo hace tres meses, lo más probable es que en ese mismo momento no estuviesen hablando, pero ahora algo dentro de su ser rechazaba todo tipo de contacto con las chicas e impedía que sintiese atracción hacia ellas.

Su única respuesta biológicamente razonable a eso era que se estaba convirtiendo en un ser asexuado.

—Verás, pasa q-

— ¡Hyung! ¿Por qué demoras ta-... Oh.

Por estar tan sumido en sus pensamientos, no notó las pisadas que estuvieron acercándose hacia ese pasillo ni que la rubia, casualmente, estaba acomodando su falda institucional.

—Luhan...

Entró en pánico al no saber cómo explicar todo ese malentendido que el castaño parecía estar procesando en su rara cabeza y comenzó a avanzar hacia él, deteniéndose abruptamente cuando el castaño retrocedió inconscientemente, alejándose aún más de él.

—Tienes labial aquí —apuntó la comisura de sus labios, manteniendo los ojos abiertos de par en par—. Uh, c-creo que volveré a la mesa...

Quería detenerlo y explicarle que no era lo que estaba pensando, anhelaba hacerlo y la impotencia de no saber por qué a ello lo estaba desconcertando a niveles que jamás imaginó.

—Maldición —volteó la cabeza hacia atrás y no disimuló su molestia con la rubia—, no me interesas en lo más mínimo y espero no vuelvas a actuar como una chica necesitada. Buena vida y hasta nunca.

Se frotó los labios con brusquedad y caminó hacia la mesa, pudiendo divisar al cabizbajo castaño que parecía estar teniendo una guerra interna consigo mismo.

—Luhan.

— ¿Por qué existimos en ésta forma y no en otra? —preguntó el menor, manteniéndose cabizbajo— ¿Por qué no nacimos siendo cactus?

El mayor ladeó la cabeza.

— ¿Cactus?

—Me hubiese gustado ser un cactus, ¿Sabes, senpai? —y levantó la mirada, dejándolo sin respiración ante el imperceptible sonrojo en sus mejillas y sus ojitos de ciervo perdido— Incluso si quisieras hacerle daño a uno, terminarías hiriéndote a ti mismo.

Se limitó a sentarse y cerrar los ojos con un suspiro, sin saber cómo actuar frente a él.

—Espera, esa tonta rompió nuestro cactus y sigue viva...—de repente frunció el ceño y adoptó una pose pensativa.

Desde hace mucho se había resignado a comprender a Luhan y por ello decidió simplemente dejarle hablar, recordando una y otra vez la triste mirada que le regaló hace un par de segundos atrás.

Incluso si el menor volvió a comportarse igual que siempre, el simple hecho de que sus ojos no brillasen con sus sonrisas le oprimió el corazón, confundiéndolo aún más que antes.

De alguna manera, se percató de que esa escenita con la rubia había afectado a Luhan y no sabía qué hacer para remediarlo.

❁

De nuevo gracias por todo el amorcito y es mi deber informales que ya estamos a la mitad de éste proyecto ;_;

¡Las adoro♡!