Capítulo 22.

14 5 0
                                    

Peter.
Dejé el celular en la mesa de noche a un lado mío y escondí mi rostro en la almohada mientras soltaba de golpe el aire que mantenía en mis pulmones, era mentira que volvería a dormirme luego de la conversación con Chase.

Di un par de vueltas en mi cama así como todo el tema de Verónika y Nicolás lo hacía por mi cabeza. Estaba preocupado por mi amigo, no lo podía negar, pero tampoco sabía qué podía hacer y eso me llenaba de un sentimiento de impotencia que sinceramente odiaba.

Suspiré. —¿Qué vamos a hacer contigo, viejo?

Tomé mi celular y vi la hora, definitivamente no podía esperar viendo al techo hasta que fuese la hora de irme al instituto; me levanté de la cama de un salto y decidí hacer ejercicio. Algo que siempre despejaba mi mente cuando algo la agobiaba.

***

Tras terminar mi rutina normal de ejercicio ya había pasado una hora, decidí irme a bañar y comenzar con mi día un poco más temprano de lo usual.

"Debería avisarle a Chasey que quizás pase por él un poco más temprano" sugirió mi mente. Le hice caso, mi mente casi siempre tenía razón. Igual que Chase.

¡Hey, viejo, me pasaré por tu casa más temprano, más te vale estar listo o te arrastraré en toalla al insti! JAJAJA–

√√

"Visto, gracias" Lancé el teléfono a mi cama y busqué mi toalla, la tomé, me deshice de mi pijama sudada y entré al baño a asearme.

Chase.

—¡Necesito la otra temporada! –grité hundiendo mi rostro en la almohada.

Suspiré profundamente y me relajé boca abajo en mi cama, siendo atacado automáticamente con todo lo que pasaba en aquél momento.
Me di la vuelta bruscamente quedando boca arriba mientras pensaba qué podríamos hacer con ellos cuando mi celular vibró:

¡Hey, viejo, me pasaré por tu casa más temprano, más te vale estar listo o te arrastraré en toalla al insti! JAJAJA

√√

Decidí dejarlo en visto. No sabía qué responder estando mi mente atestada de las hipotéticas situaciones en las que todo podía resultar y supuestas razones por las que todo se pudo haber dado.

Realmente necesitábamos saber cuál era la razón de todo aquello.

Tomé mi toalla y me metí a bañar para estar listo antes de que Peter pasase por mí, él realmente era capaz de arrastrarme en toalla al instituto.

***

—¡Chase! –oí que gritaron por fuera de mi casa.

Reconocería aquella voz aún estando debajo del agua. Terminé de peinar mi cabello castaño claro tirando a pelirrojo con mis dedos y tomando mis cosas corrí escaleras abajo hasta la puerta de entrada para salir a encontrarme con Peter.

—¡Hola, viejo! –lo saludé.

Rió, me despeinó y luego rió más fuerte ante mi molestia. Él bien sabía cuánto me había costado peinarme y llegaba y lo arruinaba todo.

¿Quieres una Coca-Cola? [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora