Prólogo

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No tengo idea de cómo o qué se debe escribir en los diarios. ¿Debería presentarme, acaso?, ¿o debo iniciar con el típico e insustituible "Querido Diario"? De todas formas, ¿qué se supone que vaya a escribir en ti?; ¿tengo, simplemente, que contarte aburridas anécdotas, historias asquerosamente románticas que incluyen como protagonista a Marcus Worrington, mi inalcanzable amor platónico?; ¿o escribir lo que pienso cuando me encuentro triste o enojada, como me sugirió la abuela? Porque, seamos sinceros: dudo mucho que te interese ser partícipe de la insípida vida de una adolescente de 16 años que sufre continuos abusos en la escuela por parte de algunos de sus compañeros, que es muy extraña y para nada atractiva –es lo que ellos opinan–, que se pasa los días leyendo libros para aplacar el sentimiento de soledad que la aflige y, por último, pero no menos triste, que vive con su abuela, ya que sus padres no son lo suficientemente maduros para resolver sus problemas sin involucrarla. Pero, debido a que eres mi único amigo por el momento, me temo que deberás soportar mis escritos durante un largo, largo tiempo...

Sin absolutamente nada más que decir, por ahora, Jeanette McCannan se despide... O cómo sea.

El diario de Jeanette © (¡Terminada!) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora