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¡Me habló! ¡Marcus Worrington me dirigió la palabra! Pero mi emoción sería aún mayor de no ser por las desalentadoras razones siguientes:

1) Sólo lo hizo para pedirme, no muy amablemente, que me apartara de su camino.

2) Como era de esperarse, sí: me quedé como una idiota frente a él, mirándolo embelesada en medio del pasillo.

3) El punto número dos provocó que se molestara y, llamándome «anormal», me hiciera a un lado de un leve empujón.

Marcus Worrington, debo decirte que aunque mi amor por ti continúa en el mismo lugar, este hecho hace que disminuya un 3%... Así es, aún te sigo amando; un poco menos, pero aún continúo haciéndolo.

Lo sé, ya lo sé. Soy patética, realmente patética...

Jueves, 4 de septiembre

El diario de Jeanette © (¡Terminada!) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora