Capítulo 27: Incómodo

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                                                                                     Mariana

La cena de beneficencia había sido muy extraña para mí, siempre pensé que Erik Durm iniciaría una relación con María, su 'amiga' de siempre, (que casualmente parece sacada de la portada de una revista y tiene una actitud encantadora),  al menos creo que todos esperábamos eso, que la vida acabaría por unirlos cuando él por fin decidiera formalizar algo. Ella era la única que se nos venía a la mente.

En cierta forma la aparición de Hazel me dio esperanzas, como si la vida me estuviese dando una pista de que no siempre la gente termina con quien se 'supone' que debería terminar.

Y sí, todos esos pensamientos son culpa de Robert Lewandowski. ¿Por qué?, porque se 'supone' que nosotros jamás podríamos tener algo. Aunque cada vez me convenzo más de que es cierto, ni siquiera sé porqué me sigo sintiendo atraída por él.

Para mi sorpresa y como distracción a mis pensamientos, David De Gea está también en el evento, ¿lo recuerdan?, el chico con el que todos mis compañeros de clase soñaban con emparejarme porque 'eramos el uno para el otro' ,según ellos, claro.

¡Mariana! -Dice él sonriente al verme y extiende sus brazos para rodearme en un abrazo amistoso- ¿qué haces aquí?

Lo mismo que tú -Digo devolviéndole la sonrisa-

¿Aburrirte y aprovechar el buen vino deseando estar dormida en casa? -Pregunta arqueando una ceja-

Bueno, la parte de aburrirme sí...

Él se ríe. Hey, hace mucho que no salimos de fiesta ¿qué pasa contigo?, ¿ya tienes correa?...

Las relaciones no son una 'correa', no somos perros David -Digo en tono de mamá reprendiendo a un niño- Además no exageres, sólo van como 2 fines de semana que no salgo...

Exacto, y eso es una locura, tú siempre sales, nos sentimos perdidos sin el alma de la fiesta -Comenta y me sacude un poco-

Okay, creo que tengo que volver para alegrar sus miserables días -Respondo fingiendo un tono condescendiente-

Eres la mejor -Dice y se acerca para besar mi frente- Ahora debo ir a sacar mi móvil porque lo dejé accidentalmente en mi auto, te veo luego -David se despide dejándome sola fuera del salón o eso creía hasta que veo como Robert se encuentra unos pasos más allá observando la escena-

Hey, ¿qué haces? -Digo mirándolo extrañada pero con una sonrisa-

Nada, lo siento ¿interrumpí algo? -Responde acercándose con su saco descansando sobre el brazo-

Sólo una conversación casual, nada importante...

Él rueda sus ojos y yo me río. Es broma, tú nunca interrumpes.

No trates de hacerme sentir bien, sé que los viejos molestamos -Responde fingiendo estar ofendido-

No exageres, lo decía en serio, no te sientas mal...

Ya me ofendiste, no intentes arreglarlo -Dice intentando ponerse serio pero ambos fallamos y reímos- Ya en serio, ¿ese no es tu novio de la secundaria?

Rayos, ¿por qué todos piensan eso?, ni siquiera eramos tan cercanos -Digo confundida-

No lo sé, siempre que los vi él estaba cerca de ti, en todas tus fiestas de cumpleaños y otros eventos, pensé que si lo eran...

No, lo más gracioso es que jamás pasó nada entre él y yo y aún así todos piensan que sí..

No pasó nada -Repite fingiendo mi voz como si no lo creyera-

Oye, es en serio, ¿por quién me tomas? -Digo riendo- además él no es mi tipo, es muy inmaduro y a mi me gustan mayores...

Puedo jurar que el segundo después de decir eso nuestras miradas se chocaron y la conversación pasó de ser algo casual a incómoda, pero ¿por qué?, ¿a caso Robert se sintió aludido por lo que acabo de decir?.


The Good Game (Futbolistas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora