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Abrí los ojos lentamente por la luz del sol que se había colado por mi ventana y había dado con mi rostro. Me levanté de la cama estirándome. Entonces recordé que hoy era el día.

Miré la hora y me sobresalté un poco al ver que eran las 2 de la tarde, tenía que ir a comprar el regalo de Sungyeon.

Tomé una ducha y bajé por algo de almorzar. Tomé una rebanada de las sobras de pizza que había del día anterior. Si bien no era el mejor desayuno pero no había comprado los víveres y además tenía prisa.

Al terminar subí por mi móvil, cepillé mis dientes y por último tomé mi cartera junto a las llaves de mi hogar.

Salí disparado a mi auto y conduje a mi destino. El centro comercial.

Caminaba con algo de prisa cuando unas pequeñas manos taparon mis ojos. Las reconocí al instante.

-Señor, a dónde se dirige, parece tonto.- dijo tratando de imitar una voz varonil y yo reí y le di una pequeña palmada en las manos.

-Hye. Sé que eres tú.- ella apartó sus manos con una risita.

-¿A dónde vas con tanta prisa?- me preguntó a la par que caminaba conmigo.

-Compraré el regalo de Sungyeon. Hoy es nuestro segundo aniversario.- dije con una inmensa sonrisa en mi rostro.

-¡Ohhh! ¡Qué lindos!- dijo mi amiga juntando sus manos y dando brinquitos.- ¿Y qué le darás?- preguntó y yo solo sonreí más.-

-Lo sabrás después.- contesté

Me despedí de Hye antes de llegar a mi destino, la hubiera acompañado al estacionamiento pero en realidad tenía prisa.

Llegué. Elegí el regalo que más le fuera a gustar a mi chica. Pagué y me fui de regreso a mi auto. Miré el móvil y noté que faltaban 15 minutos para mi encuentro con Sung.

La felicidad se me salía por los poros. Me puse nervioso al estar cerca del parque, tenía que relajarme, no podía salir mal.

Bajé y me adentré. Busqué a mi chica con la mirada, hasta que di con esa cabellera castaña y esa piel preciosa. La encontré sentada en una banca, me acerqué a ella y cuando me notó se puso de pie.

La abracé en forma de saludo, ella me correspondió, su olor a vainilla inundó mis fosas nasales haciéndome entrar en una especie de trance. Adoraba ese aroma suyo.

-Feliz segundo aniversario.- dije sin soltarla y con un suspiro.

-Yo...- dijo ella de la misma manera que yo.

No la dejé terminar, me separé de ella y puse mi dedo índice en sus labios como signo de que tenía que guardar silencio y ella solo soltó una pequeña risa.

-Sungyeon. Hace dos años llegaste a mí, hace dos años que estoy caminando junto a ti y estoy inmensamente feliz de todo este tiempo juntos...- comencé

-Hoseok.- me interrumpió de nuevo.

-Calla. Eres la persona que más amo, eres a quien más quiero y es cosa que sabes bien. Yo...-

-Basta.- dijo ella ahora en un tono serio. Yo me sorprendí un poco.

-¿Qué pasa?- pregunté para después sonreír.- Déjame terminar verás que te gustará.- estaba totalmente emocionado.- Choi Sungyeon, te amo con la intensidad de...-

-Terminemos.- soltó de pronto con sus ojos cristalinos. Yo me quedé callado. No comprendía.

-¿Qué? Sung ¿Pasa algo? Dime si hay algún problema, lo podemos arreglar.- dije intentando tranquilizarme.

-Se acabó.- dijo ella y una lágrima rodó por su mejilla derecha. Intenté limpiarla con mi pulgar, pero ella me lo impidió bajando mi mano con delicadeza.

-¿Pero por qué? ¿Hice algo mal?- hablé como pude mientras el corazón se me hacía cada vez más chico. Y dolía.

-No Hoseok.- suspiró y me miró.- Hay alguien más.

Mi estómago dolió, junto con mi corazón, sentí que había escuchado mal, me quedé mirándola por largos segundos. No lo podía asimilar.

-Perdóname.- dijo y caminó pasándome de largo.

No la miré irse, no volteé al escuchar sus pasos cada vez más lejanos. Dejé que se fuera.

Me senté en la banca donde ella estaba anteriormente y saqué con cuidado la pequeña cajita de terciopelo de mi bolsillo. La abrí despacio.

Contemplé el anillo que había dentro de ella.

Cerré la caja y la apreté con fuerza. Cerré mis ojos.

Lágrimas amenazaban con salir. Mi cabeza intentaba procesar todo aquel dolor. Mi respiración se entrecortaba con los sollozos que salían. Mis manos apretaban aquella maldita caja. Mis sentimientos eran aplastados. Mi corazón triturado.

Caminé de regreso a mi auto. Subí y al cerrar la puerta con fuerza, maldije gritando golpeando el volante y con lágrimas saliendo sin control alguno.

Mi corazón dejó de latir con fuerza. Mi corazón se había encogido por completo. Me sentía débil, sin fuerzas. No pude hacer más que llorar y maldecir.

Acababan de romperme en mil pedazos.







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¡Espero les guste este fic! 👀❤

Denle mucho amor, por favor:3

Ya sé, ya sé, odian a Sungyeon, merece morir la perra. Okya.😂

Me voy. Chau. Les quiero.❤🙌

Caught me ➳ J.H;BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora