Llamada entrante de Reece.
"—¿Dónde estás?"
"—En frente, estoy estacionando"
"—¿Cuándo aprenderás a no hablar por teléfono mientras conduces?"
"—En mi defensa, ese poste no estaba ahí antes"
"—¿Qué me dices de la anciana?"
"—Ella te ama, por eso me odia"
"—Ah, entonces ella se puso intencionalmente en tu camino e intencionalmente, se rompió la cadera con para choques de tu auto"
"—Exacto"
"—Sólo date prisa, los chicos están ansiosos por verte... por verte con el pastel de hecho"
"—Ya bajé, sacaré el pastel del asiento trasero, te veo adentro"
"—Que no se caiga o tus hijos te comen viva"
Reece ha finalizado la llamada.
[...]
Mattie sacó el pastel del asiento trasero y cerró la puerta con su cadera. En el pastel había un dibujo de "el camaleón matemático" y con letras azules se escribía:
¡Felices dos años, pequeños!
Caminó con cuidado y entró por la puerta principal que estaba abierta. No había nadie en la casa, quizás todos estaban en el jardín esperando con los cumpleañeros.
Pero cuando entró al jardín, por poco se le cayó el pastel. Reece estaba arrodillado en el césped con un lindo y sencillo anillo en la mano.
Trevor y Aurore estaban junto a él y sostenían algo muy familiar para Mattie. Era el ramillete de margaritas que Reece le había dado en preparatoria. Él lo había guardado después de tantos años.
—Podría decirse que juntos hemos construido toda una historia de amor, digna de una película, déjame continuarla y de paso hacerte la chica más feliz del mundo, casándote conmigo.
ESTÁS LEYENDO
Mattie, contesta el teléfono.
القصة القصيرة"Harmony, necesito que me traigas toallas femeninas al baño de chicas." "Presiento que te has equivocado de número, sunshine." Y así fue como un completo extraño se enteró de mi periodo menstrual. Todos los derechos reservados.