Drago Bludvist

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Jack e Hipo por algún motivo que Mérida y Rapunzel no entendían, ya no se hablaban. Y no es que se volvieran agresivos como eran antes, sino más bien ahora estaban más conscientes del otro, apenas cruzaban las miradas, la apartaban como si de fuego se tratase.

Aunque ninguno de los dos esperaba que ese sentimiento tan repentino apareciera, vergüenza. Se sentían tan incómodos que incluso Jack había dejado de ir a la casa de Hipo e Hipo sentía que si se acercaba a Jack recordaría todo lo que había sucedido en su habitación, aunque ninguno descuido sus estudios. Después de un agotador miércoles, el castaño iba solo (otra vez) de vuelta a casa, cuando vio algo que lo sorprendió. Su vista no podía creerlo, en la orilla de la calle había un perro enorme que parecía tener dificultades para mantener el equilibrio, a duros intentos logro subir la vereda y camino otro poco, hasta caer sobre el pasto de su casa. El perro era enorme de un gran pelaje negro, a simple vista muy intimidante. Sin embargo, parecía dolorido y un poco desorientado. Hipo se acercó con cuidado y el perro a penas lo vio soltó un ladrido que le dejo un pitido en el oído.

-Wow, tranquilo amigo. -Dijo tratando de acercarse otra vez. -Solo quiero saber dónde te duele. No te haré daño te lo prometo.

Por muy sorprendente que sea, el enorme perro lo dejo acercarse, aunque lo miraba con recelo, hipo vio que tenía parte de la cola inflamada y eso le preocupo. Así que abrió la puerta de su casa y le aviso a su madre que llamara un veterinario. Por suerte Valka si se encontraba en la casa y no perdió tiempo en hacer lo que su hijo le pidió. No paso más de 15 minutos y una veterinaria llego en un furgón junto con otros dos ayudantes. El perro automáticamente le ladro al nuevo extraño. Sin embargo la veterinaria solo se río y se acercó a pincharle con cuidado el muslo para tranquilizarlo aunque tuvieron que usar un bozal y mantenerlo quieto los dos ayudantes más hipo.
La cola del perro sufrió una inflamación de los nervios probablemente por un atropello. Tanto como Valka como Hipo estaban preocupados por él.

-Le hemos dado un tranquilizante, vamos a tener que llevarlo a la veterinaria, es una lesión grave. El tamaño de la inflamación y su forma podría ser las pequeñas venas de la cola. -respondió la mujer terminando su evaluación preliminar. - ¿Es de ustedes?

-La verdad es que no, mi hijo lo encontró en nuestro ante jardín. - Respondió Valka.

-Ya veo, entonces veremos quien pueda adoptarlo, ¿Ustedes se harán cargo de los costos? - pregunto la veterinaria.

-Por supuesto. -Lo que dijo Hipo sorprendió a su madre. -No podemos dejarlo así Madre.

Valka soltó un suspiro y asintió con la cabeza.

Hipo para poder llamarlo, lo apodo Toothless, aunque de forma irónica ya que los dientes de Toothless eran bastante atemorizante. Esperaron en la veterinaria a que le hicieran todo lo que necesitaban para saber la condición del enorme perro. Sin embargo, la sonrisa de esta después de la evaluación tranquilizo a ambos.

-Resulta que Toothless, no tiene nada grave, solo un par de días y estará como nuevo. – hablo la veterinaria con una sonrisa.

-Qué alegría. -dijo aliviada Valkha.

-Disculpe, sé que puede ser un poco extraño, pero no les gustaría adoptarlo. -La veterinaria parecía preocupada. -Miren seré sincera, este pequeño gigante es un Terranova de 1 año y ya parece ser adulto. Su condición física es muy buena, son perros dóciles y guardianes a la vez, para que agregar que son muy juguetones. Sin embargo, debido a su tamaño nos costara mucho darlo en adopción.

-Es un tema difícil. -Evaluó Valka.

- ¿Y por qué no? -Valkha miro a su hijo como si este hubiera recitado las plegarias al dios Titánico. -Oh vamos siempre quisiste tener un perro, estoy seguro que a papá le gustaría. -Dijo el castaño con una sonrisa.

Tutor game (Hijack)Where stories live. Discover now