9.

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JeongHan

—¿Y JiLee? —pregunté al ver a todos sentados en la mesa con la  mirada confusa, toqueteando la comida con sus palillos.

Joshua miraba hacia el frente, no tenía ninguna expresión y me asusté. Los tres parecían estar en su propio mundo. Comencé a chasquear los dedos frente a ellos, reaccionaron a los minutos del reloj.

¿Qué estaba pasando?

—Oh, hola, amor —me saludó el castaño—. Perdón, ¿qué preguntabas?

—¿Dónde está JiLee? —repetí mi duda—. ¿No volvió anoche?

—Volvió, pero se fue muy temprano —respondió Dino.

Silencio.

—¿Y a ustedes, qué les pasa? —averigüé, rozando los lacios cabellos de mi pareja, se veía estresado—. ¿Ocurre algo malo?

—Ella me dejó un mensaje —siguió Joshua—. Dice que mañana por la noche nos espera a los cuatro. Debemos estar arreglados, es una cena formal, en un restaurante caro. No lo sé, me parece muy raro. Ella no es detallista ni con mi padre.

—Dijo que no nos veremos hasta mañana durante la cena —habló el rubio, dedicando una mirada fija hacia el peli-negro. El palillo bailó entre sus dedos—. Eso quiere decir que no vendrá a dormir. Tiene muchos pacientes y tratará de aliviar su agenda para mañana por la noche.

¿JiLee había hecho eso? ¿Qué querría en aquella cena? No había considerado la idea que la única mujer en los Hong, era alguien misterioso. Me rasqué la cabeza tratando de analizar las palabras de los otros. Quizá sólo era una cena de despedida.

—Quizá sea una cena de despedida —susurró Dino, leyendo mis pensamientos, frunciendo su ceño y agachando el rostro hacia su regazo.

Jun bufó.

—Dino... —continuó el rubio al verlo así.

—Han, arréglate por favor —me pidió el menor, interrumpiendo la escena de melancolía en la que se encontraba—. Saldremos para comprarte algo bonito para la cena. Te espero aquí en una hora, apresúrate.

Y sin más, el peli-negro salió disparado hacia su cuarto. Jun no tardo en seguirlo y mi mente comenzó a imaginar en que tenían problemas de pareja, de las cuales no convenía meterme.

Sonreí para calmarme.

—¿Necesitas dinero para el vestido? —me preguntó Joshua, jalando mis brazos hacia adelante, haciendo que mi cabeza chocara con su cuello y mi pecho con su espalda. Me aparecí nervioso cuando su perfilada nariz sobó mi mejilla—. ¿Quieres que los acompañe? ¿Deseas que los lleve? —sonreí—. Espera, ¿cómo amaneciste hoy?

Me moría de amor, mi interior saltaba de alegría, su cercanía me hacía sentir nervioso. Eso hizo que quisiera besarlo.

—No necesito dinero —respondí—, quisiera ir con Dino, quédate con Jun. No tienes auto y, amanecí bien.

En la tentación de tocar sus labios, me aparté y comencé a reír malicioso hacia la habitación. Escuché sus pasos atrás de mí y luego la puerta cerrarse. Recorrí por la superficie hasta mi ropa, tomándola y tendiéndola en la cama, justo al lado de su cuerpo, que me inspeccionaba sigilosamente.

—Puedo rentar un auto para ustedes dos —continuó con la conversación anterior frente a mi silencio.

—Prefiero ir en autobús.

—¿Me estás contradiciendo, Yoon JeongHan? —se apoyó en su codo, fingiendo seriedad.

—¿Me estás llamando por mi nombre completo, Hong JiSoo? —contraataqué con los puños sobre la cintura.

Perfect Bride /JIHAN /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora