Perfect Bride /JIHAN /

4.

Jun

— ¿Sorprendido? —escuché a mi lado. Aún así, mis pies no demoraron en seguir avanzando—. ¿Qué más pruebas deseas para aceptar que tu hermano está saliendo con una chica linda?

—Lo dices porque es tu hermana —murmuré dando zancadas contra el suelo.

¿Era verdad? ¿En serio Joshua estaba saliendo con alguien que no fuera un libro?

—Lo digo porque en realidad es una persona hermosa —suspiró—. ¡Y camina más lento por favor, mis piernas no son tan largas! ¡Acepta que tu hermano pueda tener a alguien a su lado y tú no!

Me detuve. No pude evitar arder entre sus ojos, intensificándome sólo en su vista. Mi tacto lo tomó furioso. Él estaba tan sorprendido, sus brazos quietos queriendo resbalar por mis manos. Se removió, pero no lo dejé.

Aceptaba que mi hermano tuviese una novia, lo que no aceptaba era que me hallase equivocado.

—S-Suéltame —susurró el menor, con las mejillas caldeándose en cuestión de segundos—. ¿Estás loco?

— ¡¿Por qué?! —grité, sin importarme nada—. ¡¿Por qué no puedo tener a nadie a mi lado según tú?! Yo lo puedo tener todo, incluso más de lo que te imaginas. Y eso es porque no sabes quién soy yo.

Cuando lo solté, escuché su risa, más burlona e interesante que nunca. Jadeé de pura ridiculez.

—¿Vendrás con el cuento barato de que eres un famoso y todos deben caer a tus pies? —levantó ligeramente su cabeza mientras me lo dijo—. No eres más que egocentrismo puro. No entiendo cómo la gente podría idolatrar a alguien así. Cuántas personas deben estar llorando por no saber dónde estás y a ti no te importa. Eres como dos vidas, frente a ellos una y frente a otros, otra. Quizá por esa razón no sé de ti, porque la gente falsa no me llama la atención.

¿Cómo se atrevía?

—¿Falso? ¿Yo? —me apunté, riendo al final—. ¿Soy falso por hacer lo que me gusta?

—Va mucho más allá de eso —me miró serio.

—¿Ah, sí? —me acerqué desafiante, con la boca ligeramente abierta por palabras a las que nunca me había enfrentado—. Según tú, ¿qué va  mucho más allá de eso?

Cuando su fina mirada se clavó con la mía, juraba haber temblado en mi sitio. Se había enojado y lo sentí hasta la última hebra de mi cabello. Tragué saliva ante el intimidante momento, pero me mantuve firme.

—Hace mucho tiempo que lo que haces, dejó de ser lo que te gusta. Ahora eres sólo tú en tu pequeña burbuja, sin escuchar a nadie y arrasando con todo lo que viene a tu paso. Te crees divinidad por tener unos cuantos dólares, pero sólo das pena.

¿Esto quería mi mamá? ¿Alguien que le hablara así a su hijo? Me sentía ofendido, dolido, no lo había visto nunca de esa forma, obviamente no era así. Quizá él pensaba de manera errónea, pero no me conocía. Nunca me había topado con alguien tan directo, con una sinceridad que hería.

¿Quién era él para venir a espetar cosas sin anestesia?

—Tu silencio me dice que estoy en lo cierto.

—No lo estás —negué—. No tienes ni pizca de razón.

...

JeongHan