3.

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— ¿No sabes cocinar? —me preguntó JiLee viendo nada más que lo obvio. Yo estaba frente a la carne, con un cuchillo filoso a la mano. Admitía que no servía para nada, que la mayoría de cosas las hacía Joshua y no yo—. ¿Cómo piensas casarte con mi hijo, si no sabes cocinar? Joshua tiene un menú largo de comidas favoritas.

—L-Lo siento —murmuré, sin quitar la vista de la res sobre el tablón.

—Ya se me hacía un misterio que tus manos estuviesen tan lindas —colocó su índice en el ojo, mostrándome que la observara con detenimiento. Me hizo a un lado, quitándome el cuchillo y comenzó a cortar la carne con sumo cuidado—. Verás, mi hijo es muy quisquilloso con la comida. También te diré que ama los detalles, como los desayunos en la cama, llegar a casa y encontrar su comida favorita sobre la mesa.

—Ya veo.

 —Cuando estaba pequeño, yo hacía todo eso por mis hijos y ellos lo agradecían, pero Joshua siempre fue distinto al resto —comentó—. Mi pequeño se parece mucho al padre, tan callado, sensible, su mejor atractivo siempre ha sido la seriedad e inteligencia. El punto es que, como ya dije antes, él nunca había llevado una chica a casa, ni amigos siquiera, pero sé que deseaba con ir a citas, comprar regalos, andar de la mano con la persona que ama, pasar la tarde con sus amigos, beber algunas cervezas. Puedo apostar que nunca se ha emborrachado.

Escuchar a la madre de mi amigo hablar sobre lo que le gustaba a él, me hacía sentir un poco mal. Siempre era yo el que provocaba el desastre en la casa y Joshua quien lo arreglaba. Incluso el día de su cumpleaños, planeé una fiesta que pensándolo bien, sólo yo disfrute. Si mal no recordaba, el único que se había jactado de tragos fui yo y, nunca lo invité a ninguna reunión de amigos.

Era la peor persona del mundo.

— ¿JeongHan? —llamó la madre de Joshua, sacándome de mis pensamientos. Pestañeé lento y solté mis labios por un momento, entrando en razón. La mujer se burló—. Eres una chica muy distraída.

—Lo lamento.

— Te preguntaba si habías hecho eso con mi hijo. Hablo de citas y eso —me quedé en silencio frente a la pregunta, viendo a la mujer terminar con su trabajo de cortar la carne—. Eso es un no, por lo que veo.

— Si hemos tenido citas, muchas, muchas citas. Tantas que hasta perdí la cuenta —exageré sintiendo la presencia de mi supuesto hermano en la cocina—. ¿Verdad, Dino?

—No recuerdo que tú y Joshua salieran —el joven me miró serio desde la entrada—. Es más, nunca han salido.

Este niño no ayudaba, no ayudaba en nada.

Mi mirada corrió hacia la mujer, quien ya me esperaba cruzada de brazos, con la ceja enarcada y pequeños toques entre la suela de su zapato y la superficie. Seguro pensó en que era una persona mentirosa.

Esto no era bueno.

...

—¿Qué le dijiste a mi madre esta vez? —volteé para ver a Joshua al escuchar esa pregunta. Sonreí y seguí caminando, con una sonrisa en los labios—. JeongHan, tengo dos boletos para el cine en mis manos, tú eres mi único acompañante y tengo miedo de que te conviertas en un cómplice de mi madre.

—No dije nada, si eso te preocupa —bufé, sabiendo que su mirada estaba fija en mí, clamando por respuestas—. Tu mamá preguntó que si habíamos tenido citas alguna vez y yo dije que sí. Pero al preguntarle a Dino, quedé como un mentiroso.

Silencio.

—Si esto es incómodo para ti, podemos retirarnos. No es necesario que te exijas demasiado —sus palabras llegaron de algún modo. No quité nunca el pensamiento de ser el peor amigo por no prestar un poco de mi atención en él alguna vez—. Tienes ropa en el auto, puedes cambiarte y te dejaré en algún bar para que puedas ir con cualquier chica que se te antoje, Han.

Perfect Bride /JIHAN /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora