Capítulo 15º

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A la mañana siguiente, el convaleciente despierta y se da cuenta de que prácticamente se ha aferrado al cuerpo de su amigo. Suspira e intenta separarse ya que no quiere que al rubio le dé un ataque al despertar.

- No hace falta que te alejes.

O quizás el infarto le dé a él.

- No sabía que estabas despierto - se separa un poco del rubio para que este pueda ponerse de lado y así encararlo.- ¿No te he dejado dormir?

- ¿Sinceramente? No mucho - se encoge de hombros levemente, pero nota en los ojos de Dylan la culpabilidad.- He estado pensando.

- ¿En qué? - hace el amago de levantarse, pero Thomas lo coge del codo y lo obliga a volver a la cama. Dylan, que no tiene fuerzas, se deja caer como un peso muerto.- No hagas eso, si por mí fuera no me levantaría de aquí...

- Puedes quedarte aquí hasta la hora de la rehabilitación, si quieres.

- No quiero ir - hunde la cara en la almohada y el rubio ríe, parece un niño pequeño.

Un cómodo silencio se instala entre ellos hasta que Thomas reúne el valor necesario para decir lo que tenía pensado desde un principio.

- Pensaba en nosotros - confiesa, consiguiendo que Dylan olvide su intento de perreta y centre toda su atención en él.- Pensaba en que mientras estabas en coma casi me vuelvo loco; pensaba que casi te pierdo para siempre; pensaba en que no habrían más bromas en el set, ni más escapadas a escondidas, ni más dulces robados del buffet, ni más confesiones entre bambalinas, ni más ensayos en los camerinos, ni más... - a esas alturas el rubio ya estaba llorando y Dylan se inclinó como pudo sobre él secándolas una a una a besos.

- ¿Hay algo que quieras decirme, Thomas?

El rubio alza las manos y acaricia las mejillas de Dylan, mejillas que antes del accidente eran suaves y que ahora tienen algunos pequeños arañazos en proceso de curación.

- Te quiero, Dylan.

- Lo entiendo. Sabes que yo a ti también - sonríe un poco, intentando disimular su tristeza.

- No, no lo entiendes.

Thomas lo besa con suavidad, con timidez, dándole al moreno la oportunidad de apartarse. Pero, obviamente, Dylan no lo hace. Al contrario, se aferra aún más al cuerpo ajeno y el beso inocente de Thomas lo convierte en pura pasión. Cuela su lengua en la boca del rubio sin pedir permiso y aprieta con fuerza su cuerpo. Thomas gime, Dylan gime. La falta de oxígeno hace que los dos se separen.

- Creo que ahora sí lo entiendo - coloca su frente sobre el rubio que está sonrojado, pero sonriendo.- Yo también te quiero, Thomas.

FIN.

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2017 ⏰

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