A la mañana siguiente, el convaleciente despierta y se da cuenta de que prácticamente se ha aferrado al cuerpo de su amigo. Suspira e intenta separarse ya que no quiere que al rubio le dé un ataque al despertar.
- No hace falta que te alejes.
O quizás el infarto le dé a él.
- No sabía que estabas despierto - se separa un poco del rubio para que este pueda ponerse de lado y así encararlo.- ¿No te he dejado dormir?
- ¿Sinceramente? No mucho - se encoge de hombros levemente, pero nota en los ojos de Dylan la culpabilidad.- He estado pensando.
- ¿En qué? - hace el amago de levantarse, pero Thomas lo coge del codo y lo obliga a volver a la cama. Dylan, que no tiene fuerzas, se deja caer como un peso muerto.- No hagas eso, si por mí fuera no me levantaría de aquí...
- Puedes quedarte aquí hasta la hora de la rehabilitación, si quieres.
- No quiero ir - hunde la cara en la almohada y el rubio ríe, parece un niño pequeño.
Un cómodo silencio se instala entre ellos hasta que Thomas reúne el valor necesario para decir lo que tenía pensado desde un principio.
- Pensaba en nosotros - confiesa, consiguiendo que Dylan olvide su intento de perreta y centre toda su atención en él.- Pensaba en que mientras estabas en coma casi me vuelvo loco; pensaba que casi te pierdo para siempre; pensaba en que no habrían más bromas en el set, ni más escapadas a escondidas, ni más dulces robados del buffet, ni más confesiones entre bambalinas, ni más ensayos en los camerinos, ni más... - a esas alturas el rubio ya estaba llorando y Dylan se inclinó como pudo sobre él secándolas una a una a besos.
- ¿Hay algo que quieras decirme, Thomas?
El rubio alza las manos y acaricia las mejillas de Dylan, mejillas que antes del accidente eran suaves y que ahora tienen algunos pequeños arañazos en proceso de curación.
- Te quiero, Dylan.
- Lo entiendo. Sabes que yo a ti también - sonríe un poco, intentando disimular su tristeza.
- No, no lo entiendes.
Thomas lo besa con suavidad, con timidez, dándole al moreno la oportunidad de apartarse. Pero, obviamente, Dylan no lo hace. Al contrario, se aferra aún más al cuerpo ajeno y el beso inocente de Thomas lo convierte en pura pasión. Cuela su lengua en la boca del rubio sin pedir permiso y aprieta con fuerza su cuerpo. Thomas gime, Dylan gime. La falta de oxígeno hace que los dos se separen.
- Creo que ahora sí lo entiendo - coloca su frente sobre el rubio que está sonrojado, pero sonriendo.- Yo también te quiero, Thomas.
FIN.
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Accidente #DylmasNewtmasAwards
Storie d'amoreTodos los fans sabemos cómo fue el accidente que sufrió Dylan O'Brien durante el rodaje de "La Cura Mortal", ¿alguno se ha preguntado cómo lo vivió nuestro querido Thomas Brodie-Sangster?