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II: Esperanza 1/5
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- ¡Que tenga un buen día! - Exclamó la muchacha al cliente que iba saliendo del establecimiento, suspiro aligeradamente llevando su mano hacia su mejilla izquierda perdiendose en sus pensamientos nuevamente.
- Déjame adivinar, piensas en Steve - Comentó burlona una peculiar pelirroja, la cual reposaba sobre una de las sillas del establecimiento tomando tranquilamente su café.
La muchacha solo atinó a rodar los ojos en respuesta a su compañera mientras se encargaba de administrar la caja. Pero, no se encontraba alejada de la realidad ciertamente, así era, le encantaba ese rubio de ojos azulados. Conoció a Steve Rogers hace algunos años atrás cuando fue el atentado en New York, trabajaba en una cafeteria cuando sucedio todo, él la salvo junto a otra de sus compañeras de trabajo, y a muchísimas más personas ese día. Desde entonces ha venido casi todos los días a la cafeteria.
La aludida volvió a suspirar al pensar nuevamente en su héroe patriotico, cosa que provoco una carcajada al otro extremo de donde ella se encontraba.
- ¿Si sabes que puedo ayudarte con Steve? , ¿verdad? - Cuestiono la pelirroja con un eje de diversión en sus palabras, observando como las mejillas de la chica se tornaban de un leve tono carmín, adornaban un tierno sonrojo en las mismas.
- Si fuera así, él no se fijaría en mi Nat - Exhalo aire con desgano hablando pesimistamente, pero, ¿Que podía esperar? Ella era tan común y él... él era Steve. - Además, ¿que tienes en mente para eso?.
Natasha sonrió ladina mirándola con ojos brillantes, mostrando así su picaro semblante, - Dame tu teléfono - Ordeno extendiendo la mano hacia ella para que le entregara el aparato sobre sus manos.
No pensó dos veces así que solo saco su teléfono celular mirando la hora en la pantalla de inicio, una mueca adorno sus labios para así dirigir sus orbes hacia natasha.
- ¿Para qué?, aun no es mi hora de descans-.. - sus palabras fueron interrumpidas por un jalón de parte de la contraria arrebatandole el celular de sus manos, inmediatamente Natasha movilizó sus dedos sobre la pantalla para hacer una llamada, a un número que ella no alcanzo a ver por la distancia a la que se encontraba.
