Capítulo 9

10.3K 673 31
                                    

Una extraña sensación me recorrió mientras estaba recostada sobre el sillón.

Quería desesperadamente comerme la única galleta que quedaba, así que caminé descalza y de puntitas hasta la cocina.

─ ¿Qué haces, Felicity? ─mi madre me preguntó en un tono acusador.

Estaba sentada sobre la barra de la cocina con un libro en su regazo.

─Vengo a comerme la galleta que quedó ─respondí inocentemente.

─Esa galleta ya no está fresca. Si te la comes te dolerá la barriga ─me regañó─. Pero puedo hacer algunas para la cena, solo debes esperar.

─Pero, mamá, siento algo extraño en la barriga porque quiero comer tus galletas desesperadamente y falta tanto para la cena que me conformo con comerme esa ─puse una cara triste─. ¿Y si pasa algo y no vuelvo a comerlas nunca más?─hice un puchero.

─Oh, Fizz, está bien ─aceptó rendida─. Puedes comértela.

─ ¡Gracias, gracias, gracias! ─salté feliz y corrí hacia a ella, trepándome a una silla y rodeándola con mis brazos─. Te amo ─le di un beso en la mejilla.

─Y yo a ti, pequeña ─me besó en la frente─. Ahora se buena niña y ve a jugar mientras termino un capítulo más de este libro. Luego te llamaré para enseñarte a cocinar tan rico como mamá.

Asentí obedientemente y salí feliz de la cocina, metiendo la galleta en mi boca y corriendo hasta el jardín. Pero me detuve cuando vi la puerta de entrada ligeramente abierta y me acerqué a ella.

Me habían dicho que por ninguna circunstancia salga de la casa, pero mis padres habían dejado la puerta abierta... Eso era una señal de que me daban permiso para salir, ¿no? Tragué mi galleta mientras abría completamente la puerta y salí a la calle.

En el cielo resplandecía el arcoíris más hermoso que había visto y sentí que mi mamá querría ver algo así.

─ ¡Mamá, mamá! ─grité─. ¡El cielo está lleno de colores!

Ella vino corriendo, pero no estaba feliz. Estaba asustada.

De pronto todo el color del cielo se había ido y la escena comenzó a reproducirse en cámara lenta. Un coche negro pasó frente a la casa y por la ventana trasera un brazo me apuntaba con una pistola. Yo solo cerré los ojos, esperando el golpe de la bala, pero escuché un grito de dolor que no era el mío. Mi mamá se había puesto delante de mí en el mismo instante que la bala hacía su trayecto y ella recibió el impacto. Sus rodillas cedieron y cayó al suelo mientras la sangre salía de su estómago.

─ ¿Mamá? ─me arrodillé a su lado y tomé su mano.

─Pequeña ─su respiración comenzaba a ser entrecortada─. Aunque no puedas verme, voy a estar aquí ─presionó su mano contra mi corazón─ porque tú eres mi cielo ─una mueca de dolor cruzó por su rostro, pero eso no la detuvo de seguir hablando.

─Escúchame, Felicity ─dijo con su último aliento─, tú eres fuerte, nunca permitas que alguien te haga pensar lo contrario. Tú lo puedes todo. Nunca te rindas y lucha por lo que quieres, por más difícil que sea, ¿lo harás? ─asentí mientras las lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas sin entender lo que estaba pasando y ella sonrió, haciendo que su rostro se iluminara─. El amor lo puede todo, y yo te amo, Fizz, siempre lo haré ─cerró sus ojos y no los volvió a abrir.

─ ¡Mamá! ─grité mientras la sacudía─. ¡Mami! ¡Despierta! ─volví a intentarlo─. ¡MAMITA! ─comencé a sollozar.

Me desperté sobresaltada y me senté en la cama, levantando mis rodillas y descansando mi pecho en ellas. Sostuve mi cara entre las manos, tratando de calmarme y reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir.

DESTINOS CRUZADOS (Destino #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora