─Arréglate ─Aidan irrumpió en mi cuarto.
─ ¿Para qué?
─Iremos a mi trabajo.
Resoplé.
─No gracias, prefiero quedarme aquí.
─No te estoy preguntando si quieres.
─ ¿Qué? ─levanté una ceja─. ¿Es una orden?
─Tómalo como quieras, pero de que irás conmigo, lo harás ─repuso decidido─. Así tenga que llevarte cargada en mi hombro.
Eché una carcajada.
─Eso no pasará.
─Como quieras, quizás que te devuelva esto tampoco pasará ─me sonrió con esa engreída y exasperante sonrisa suya, sacudiendo mi celular en su mano antes de salir de mi habitación.
─Tienes que estar bromeando ─gruñí frustrada y salí de la habitación─. ¡Aidan! ─grité furiosa.
─ ¿Sí? ─respondió con cariño, mirando por la ventana como si nada.
Fui directo hacia él, quien ahora tenía mi celular en el bolsillo trasero de sus jeans.
─Me gustaría mi celular de vuelta, ahora ─mantuve mi mano, con la palma hacia arriba, esperando que él cuidadosamente lo coloque en ella.
Pero con Aidan nunca era tan fácil.
Regresó a verme con el ceño fruncido, buscó el aparato en su bolsillo trasero y lo mantuvo frente a él.
Lo miró y luego me echó un vistazo a mí con sus brillantes ojos.
─ ¿Es esto lo que quieres?
Fruncí mis labios y puse mis ojos en blanco.
¿Él realmente iba a jugar este juego conmigo? ¿O simplemente estaba rogando que le dé un golpe en su entre pierna?
Tomó hasta la última parte de mi autocontrol para no tirarlo contra la pared.
─Sí, Aidan ─respondí, casi gruñéndole.
Sus labios formaron una sonrisa impresionante que hizo que quede hipnotizada.
Lo odiaba por eso.
─Bueno, entonces, aquí tienes ─lo inclinó hacia mí.
Inhalé a la espera, pero lancé un suspiro de rabia cuando lo levantó alto.
A veces odiaba ser tan pequeña.
─Pero no antes de que prometas venir conmigo ─añadió inmediatamente.
Clavé mi mirada en sus ojos color caramelo, desafiándolo, pero me di cuenta que él no cedería.
─ ¡Eres tan difícil! ─sentí como mis dedos se relajaban en un puño por la ira que me invadía. Aidan vio eso y lo tomó como una oportunidad para hacérmelo aún más difícil.
─Ten cuidado, no vayas a hacerte daño.
Exhalé frustrada.
No tenía tiempo, ni ánimos para discutir.
─Bien, iré ─acepté vencida─. Pero que te conste que la pagarás caro, Madden ─lo amenacé─. Ahora devuélveme mi estúpido celular.
Él me lo devolvió y comenzó a reírse.
─ ¿Ahora qué? ─dije cansada.
─Nada, solo pienso que estás un poco intensa por la frustración que sientes porque lo que pasó en el sillón no llegó a más y te dejé con todas las ganas ─me dio un guiño.
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DESTINOS CRUZADOS (Destino #1)
ActionEn esta novela tendremos tiroteos, sangre y asesinatos, cortesía del adinerado y seco Sr. Harris, a un seductor Aidan que no se cansará hasta que Felicity admita que siente atracción por él, una alocada compañera de apartamento y sarcasmo, mucho sar...