La luz entraba por los bordes de las ventanas que no estaban cubiertas con las cortinas que pusimos torpemente la noche anterior dándole un cálido tono a todo el lugar. Estaba envuelta solo por una sábana ya que todavía era verano y este lugar se sentía aún más caluroso que el antiguo apartamento. Castiel está acurrucado en su lado de la cama, puedo ver su espalda desnuda y una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios, aparto mi mirada de él y miro hacia el techo, el cual está bastante feo, hago una mueca y sigo inspecionando cada rincón del lugar. A las paredes les vendría bien una mano de pintura, al armario le faltan dos cajones y el colchón en el que estamos durmiendo es algo incomodo. «Nada que no se pueda arreglar», pienso para darme animos.
―Iré a casa a buscar algunas cosas ―habla Castiel de pie a un costado de la cama, abrochando el botón de su pantalón.
En algún momento me perdí en mis pensamiento y ni siquiera me di cuenta que se estaba levantando. Asiento con la cabeza y abrazo las sábanas dando un bostezo mientras miro como se pone el resto de la ropa.
Al pasar unos cuentos minutos, toma sus llaves de la mesa auxiliar y se inclina otra vez sobre la cama para besarme.
―Volveré pronto ―dice y luego se va.
Creo que aún estoy un poco dormida y realmente me gustaría quedarme en la cama por unas horas más pero me siento un poco incomada al estar rodeada aún de cajas con nuestras cosas. Me estiro y me muevo hasta el borde de la cama para buscar mi camisa en el suelo, cuando la encuentro me la pongo y aprovecho de coger mi celular que también había caido al suelo la noche anterior.
Termino de vestirme poniendome unos pantalones cortos y me siento al borde de la cama para mirar mi celular.
Rosalya: ¿Sucrette estás ahí?
Llega justo en ese momento un mensaje de Rosalya.
Sucrette: ¡Buenos días!
Rosalya: Gracias al cielo ya despertaste. Con Lysandro estabamos pensando que sería una buena idea ir a verlos hoy, si les parece.
Laeti: ¡Yo también quiero ir!
Rosalya: Podemos ir todos.
Sucrette: Claro, no hay problema. Solo tengo que ordenar un poco...
Rosalya: Podemos ir en la tarde.
Sucrette: Entonces es una cita.
Rosalya: ¡Nosotros vamos a llevar algo para comer! ¡Nos vemos!
Laeti: Podriamos pasar a la tienda...
Dejé que las chicas siguieran hablando y guardé el celular para ordenar todo.
Tenía que admitir que aún se me hacia extraño vivir junto a Castiel, pero podía encontrar más cosas buenas que malas a este asunto, y eso era suficiente para mí. A veces me gustaba imaginar que eramos una pareja recién casada, aunque claramente no estabamos casados; de hecho, ni siquiera podría llamar a lo nuestro noviazgo porque jamas me lo había pedido, ni yo tampoco a él.
Saqué cada cosa que había en las cajas para acomodarlas en su lugar, arreglé las cortinas y pegué algunos posters sobre las manchas y grietas de los muros. Seguía repitiendome a mí misma que no estaba tan mal.
Abrí el pequeño refrigerador que había en el lugar, no habíamos comprado comida así que no teníamos nada para comer. Tendría que aguantar hasta que Castiel volviera.
Habían pasado ya un par de horas así que le dejé un mensaje.
Sucrette: ¿Donde estás?
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Corazón de melón: Lo intentamos ||LSDP#2
FanficSegunda parte de "Corazón de melón: La sombra del pasado". Ésta historia está basada en el juego "Corazón de melón" por lo cual podría contener spoilers de dicho juego.