Capítulo 14

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*Si no recuerdan que es Juliet, aparece desde el capitulo 35 de La sombra del pasado.


Estancada. Me sentía estancada y era una de las peores sensaciones que había sentido en mi vida, me ahogaba. Castiel se sentaba frente a mí todas las mañanas para desayunar, actuaba preocupado, amable, como si nunca hubiésemos tenido los problemas que tuvimos. ¿Y cómo me sentía yo con eso? Estaba cómoda, y era agradable no estar gritándonos uno al otro la mayor parte del día, pero el hecho de estar fingiendo que nada de eso pasó me estaba agotando.

Ninguno había mencionado el nombre de Nathaniel desde el momento en que llegó Amber y se lo llevó borracho desde la puerta de nuestro piso. Yo me había mantenido intercambiando mensajes con ella para enterarme de la delicada situación de su hermano porque a pesar de todo estaba preocupada; sin embargo, eso ni siquiera podía comentárselo a Castiel ya que estaba segura de que se transformaría en una pelea.

Todo se sentía extraño, la rara armonía que Castiel desprendía como si todo estuviera perfectamente. Tal vez lo estaba y era yo la que exageraba todo y se sentía cansada debido al embarazo.

—¿Has pasado demasiado frío? —Preguntó Castiel.

Estábamos apunto de entrar en invierno y el piso era bastante frío, sin embargo, como estábamos en época de fiestas el bar estaba a cierto casi todos los días y eso permitía que Castiel consiguiera más dinero tocando en él. Lo habíamos estado haciendo bien las últimas semanas.

Estaba por cumplir los cinco meses, mi barriga ya empezaba a notarse y aunque seguía estando jodidamente asustada tenía que admitir que cada día me emocionaba más.

Negué con la cabeza y le sonreí. Miré directo a sus ojos, buscando y encontrando al chico del que me había enamorado tantas veces. Él también sonrió dulcemente, luciendo feliz, luciendo como si todo estuviera perfectamente bien y tal vez eso fue lo que no me dejó ver todo lo que vendría después.

—Hoy tengo que ir a ver al médico ¿Quieres venir conmigo?

Tardó unos segundos en responder, como si estuviera pensando en alguna excusa, o quizás tan solo era mi paranoia.

—Claro, por supuesto que puedo acompañarte.

Esa tarde Castiel me acompañó a la visita con el medico y entró conmigo, pero lo sentía cada vez más distante y se pasó la mayor parte del tiempo mirando la pantalla de su celular.

— ¿Sucede algo? —pregunté casi con cautela cuando la consulta ya había terminado y caminábamos de vuelta al auto.
— ¿Qué? No, no pasa nada ¿Por qué? Solo estoy algo cansado.

Tal vez estaba siendo sincero, últimamente había estado trabajando más de lo normal, pasaba días enteros en el bar y noches sin dormir mientras yo me sentaba en alguna mesa del fondo para animarlo. De alguna manera no importaba cuantos problemas teníamos o tuvimos, al parecer siempre valía la pena intentarlo una vez más.

—Ordenaré algo para comer —dije cuando entramos al piso, sentándome en el sofá con cuidado—. ¿Pizza? ¿O prefieres algo más? 

—No, no te preocupes, tengo que bajar al bar —dio un suspiro y se acercó para darme un beso en la frente antes de ir, y entonces yo me quedaba allí, nuevamente sola.

Vi cerrar la puerta tras de él y sentí algo vibrar, era el celular de Castiel en el otro extremo del sillón. Mordí el interior de mi mejillas, preguntándome si seria buena idea verlo. La curiosidad me consumió y lo tomé para luego encerrarme en el baño en caso de que Castiel volviera. Respiré profundo y me aseguré de que la puerta del baño estuviera con seguro. Sentía que había caído tan bajo allí en ese momento, pero las sospechas de que algo andaba mal me ahogaban cada día. 

Miré a través de su celular, abrí directamente sus mensajes y el primer contacto que apareció fue Juliet. Tenía un mensaje, un solo mensaje de parte de ella, como si hubiese borrado toda la conversación anterior. Ere de hace un par de días atrás. Me faltó el aire al leer solo las primeras palabras. 


Juliet: No puedes buscarme cada vez que las cosas te salgan mal, no soy tu premio de consolación. Te he querido todo este tiempo, pero no merezco esto. Tu novia tampoco lo merece. 

Escribí un mensaje de vuelta desde el celular de Castiel.

Castiel: ¿Podemos vernos una última vez, aunque sea? Sólo me gustaría hablar. 


Las lagrimas no salieron como estaba esperando que lo hicieran, al contrario, sentía una ira formándose en la boca de mi estomago y subiendo por mi garganta. Me repetía a mí misma que tenía que haber una explicación lógica para todo esto pero a la vez me odiaba a mi misma por no darme cuenta antes.  No sé que pretendía en ese mismo instante haciéndome pasar por Castiel, pero quería saber hasta donde iba a llegar toda esta situación. Sentía mis mejillas rojas por el enfado, quería estampar el móvil contra el suelo y maldecir a todo, pero en ese momento golpearon a la puerta del baño. 



Corazón de melón: Lo intentamos ||LSDP#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora