Escuchamos dos golpecitos en la puerta y luego la voz de Castiel atravesó las paredes retumbando por toda la habitación, haciendo que mi llanto se detuviera instantaneamente.
―Sucrette ¿Estás ahí?
―¿Qué está haciendo él aquí? ―susurró Rosalya.
Miré la prueba de embarazo que estaba sobre la cama y la oculté rapidamente debajo de las mantas.
―Ninguna palabra sobre esto a Castiel. ―Le advertí tratando de recuperar el aliento y calmandome.
―Claro, claro. Como tú digas. ―Rodó los ojos.
―¿Sucrette? ―La voz de Castiel se volvió a alzar.
―¡Ya voy!
Me paré de la cama y fui hasta la puerta para abrirle. Vestía un traje negro con una camisa roja sin corbata y lucía mucho mejor de lo que alguna vez admitiría, intenté concentrarme en su rostro mientras él no apartaba su mirada.
―¿Qué quieres? ―espeté, por alguna razón me encontraba a la defensiva. Quizá por todo lo que acababa de pasar, o tal vez por todo lo que había pasado la noche anterior.
―Vine por ti, con Lysandro. Se suponía que iriás con nosotros hasta la iglesia.
―Aún falta mucho…
―¡¿Qué hora es?! ―gritó Rosalya parandose de un salto de la cama.
―Las cinco ―respondió Castiel como si fuera algo obvio.
―No pueden ser las cinco ―Rosalya fue en busca de su celular y cuando encendió la pantalla para ver la hora su expresión cayó―. Oh ¡Maldición! Tengo que estar en la iglesia en una hora ¡Mierda! ―Me miró luciendo asustada.
―Puedo ayudarte a vestirte, podemos…
―¡No! ―Me interrumpió―. Tienes que ir, solo asegurate de que todo esté bien allá. Yo me apresuraré.―Sin decir nada más y sin siquiera dejarme responder tomó un montón de cosas que había sobre su cama y corrió saliendo de su habitación, dejandonos solos a Castiel y a mí.
―Entonces…¿Vamos? ―preguntó despues de varios segundos de incomodo silencio.
Asentí sin decir nada, mi cabeza seguía doliendo y ya que en el último tiempo hablar con Castiel significaba pelear y gritar prefería quedarme callada.
Estuvimos callados durante todo el viaje, me senté en la parte trasera del auto mirando de vez en cuando su reflejo por el espejo retrovisor. Cada vez que lo miraba algo se rompía en mí, porque lo tenía tan cerca pero cada vez parecíamos más distantes.
La boda fue tranquila y hermosa. Rosalya claramente se robaba todas las miradas y Leigh parecía realmente feliz. Me quedé a un lado con las damas de honor y cuando el servicio terminó y nos diriguimos a la fiesta sólo me escabullí entre los invitados que no conocía y me senté en la mesa más alejada qie encontré. Rosalya y Lysandro estaban con sua respectivas familias celebrando así que era mejor darles su espacio. La fiesta era al aire libre, lo cuál me permitía mirar las estrellas que comenzaban a asomarse en el cielo.
―¿Qué haces aquí? ―No necesité bajar la mirada para saber que era Castiel. Sacó una de las sillas vacías que estaban en la mesa y se sentó en ella junto a mí.
―No conozco a muchos de los invitados ―Me encogí de hombros.
―Hay algunos chicos del Instituto por allá ―respondió él señalando a tumulto de gente.
―Sí, bueno...no es como que yo me llevara muy bien con todos. Sobretodo después de lo de...―Mi voz se fue apagando. No quería traer a Debrah a colación en estos momentos.
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Corazón de melón: Lo intentamos ||LSDP#2
FanficSegunda parte de "Corazón de melón: La sombra del pasado". Ésta historia está basada en el juego "Corazón de melón" por lo cual podría contener spoilers de dicho juego.