-Querida, es solo una salida con unas hermosas chicas de preparatoria. No entiendo cuál es tu nerviosismo-
Hacía más de 4 horas en la que Serena se adentraba y salía de su enorme guardarropa. Vestidos, pantalones de mezclilla, de tela, de chándal, faldas con pliegues, de encaje. Blusas, sudaderas, zapatos de tacón, bailarinas, chanclas, botines, tenis, ¡En fin!, cantidades de ropa cubriendo el hermoso piso marmoleado del antes muy bien organizado guardarropas.
Serena estaba nerviosa; era la primera vez que salía con chicas comunes. No es que las menospreciara, pero sentía temor de salir a sola con ellas. Era diferente estar en casa, con su madre, su novio, sus empleados; era su territorio, pero ir a la calle con aquellas chicas tan vivaces (Aunque una de ellas era un poco déspota, pero mejor no pensar en ello) y amables era muy diferente.
Aquel día se quedaron casi 8 horas charlando y no sabía hace cuanto había reído tanto y todo por las ocurrencias de la rubia coqueta, que no hacía más que hacer sonrojar al pobre Jerry, meterla en apuros a ella con esos comentarios tan calientes y contar sus travesuras con su difunta amiga.
Por alguna razón, el que le hablaran de Serenity la hacía sentir infeliz, como si una parte de ella reconociera aquel sentimiento, pero como siempre, evitaba que esa clase de emociones se apoderaran de ella; no había reído tan, como decirlo, ¿Cristalinamente? Desde hace años. Esa risa tan cristalina era irreconocible para ella, pero no por ello incomoda. Era tan hermosa y familiar, se sentía en casa, cómoda y en completa armonía.
-¿Qué tal si digo algo mordaz y arruino la salida?-dijo con preocupación- sabes que soy conocida por mi lengua viperina y mis comentarios hirientes. No quiero hacer eso- expreso con pesar.
-Primero, así como estás, luces adorable. Recuerda que van a tomar un helado, a comer en un restaurante de comida rápida y luego al parque de diversiones. No a la semana de la moda en Italia. No te estreses.
Serena llevaba el cabello suelto, una tiara con un lazo rojo y quitando el largo original con bucles que hacían lucir su rostro de una manera angelical que como era común en ella, no tenía ni una gota de maquillaje. Su cuerpo enfundado en unos pitillos de mezclilla azul, sin bolsillos, a juego con una sencilla blusa de mangas largas en color rojo y unas bailarinas negras de charol.
-Segundo, ¿Cuál es tu interés de no arruinar esta salida?, perdóname hija mía, pero nunca te ha interesado caerle bien a las personas- Asami la miro fijamente, mientras Serena esquivaba su mirada acomodando su wallet, llaves y celular en un pequeño bolso de charol.
-En realidad no lo sé. Siento...una clase de cariño injustificado por ellas. Es un poco ridículo, las acabo de conocer. Solo pase con ellas 8 horas o menos. ¿Quién siente cariño por alguien y encima de eso por tres chicas en 8 horas?
Asami sonrió con dulzura, tomo a su hija de la mano y la guio a la salida.
-Madre, siento que me estas echando- reclamo Serena.
-Claro mi hermosa princesita, se te hará tarde y tú nunca llegas tarde. Vamos, toma tu camioneta y diviértete. No pienses en ello, a veces es mejor ser ignorante de lo que sentimos.
-Claro mami.
Miro hacia el jardín frontal, buscando a la pequeña gata purpura- ¡Luna! ven pequeña- en un instante apareció la pequeña minina frente a ella.
-Y yo que pensé que ella me haría compañía hoy. Podrías dejarla conmigo, sabes que la cuidaría bien- Asami le lanzo una mirada tierna a Serena, con el fin de que aceptara la proposición, pero esta última no le hacía caso, ya que esquivaba su mirada ocupándose en Luna.

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Recuerdame
Fiksi PenggemarFue su último deseo, lo pidió desde el fondo de su corazón. Solo necesitaba una oportunidad...Una mísera y última oportunidad, pero nada fue como lo planeo, algo o alguien intercedió. Destinos separados, momentos olvidados, sentimientos no correspon...