dream.⁶

21 2 11
                                    

Lo llevé a mi casa jugándome una bronca por parte de mi madre. Sin embargo, me sorprendió que no estuviese, ni mi padre tampoco; supongo que él estará en casa de mi abuela. A mi hermana ya la daba por desaparecida.

Lo subí a mi cuarto y lo tumbé. De camino aquí le propuse llevarlo al hospital, pero él se negó. No quise pregunta el porqué, así que mi primera opción fue mi casa. Cogí el botiquín del baño y me acerqué a él para curarlo. Tenía experiencia debido a que era quien curaba las heridas de Tae después de sus peleas; ya desde niños lo hacía.

"- Mira Hoseok. Mir- se tropezó con una piedra y cayó al suelo. Yo corrí tras él a socorrerle.

Su mirada era firme. Se notaba que se guardaba las lágrimas porque su cara se estaba poniendo roja.

- ¿Estás bien?- pregunté agachándome. Él asintió cabizbajo.- Deja que te lo cure.

Volví con el kit de primeros auxilios que me había regalado mi abuelo. Comencé a sanar el roce de su rodilla.

- Woo, Hoseokie se te da muy bien. De mayor seguro que eres una gran doctor.- Tae me sonrío y me dio un aplauso al terminar."

Todo este rato habíamos estado en silencio. Notaba su mirada a veces sobre mí, pero solo me incomodaba un poco.

- ¿Por qué ayudas a un pervertido como yo?- dijo rompiendo el sosiego de la noche. Solo me hablaba con preguntas, las cuales sí que me ponían muy nervioso.

No tenía una respuesta clara. Suspiré después de pensar un tiempo.

- Fue un impulso. No quería dejarte tirado ahí.

Creo que fui muy directo. Sin embargo, algo dentro de mí no quería que mintiera.

- Pues el otro día no parecía eso.- aunque sonó tranquilo, me lo estaba echando en cara, seguro.

Apreté los dientes. No me gustaba como seguía esto.

- Eso fue diferente.- solté un poco cabreado.

- Entiendo.

Nos quedamos en silencio. El ambiente estaba tenso, o por lo menos para mí. Lo notaba muy cerca de mí.

- ¿Cuántos años tienes?- fue una pregunta que me vino a la mente un tiempo después.

Él no se extrañó por mi descaro y contestó como si nada: - 19.

No me lo esperaba. Sus facciones cansadas, su voz ronca y la forma en la que mira a los demás. Parecía más un veinteañero, libre de corrupción pero cansado ya de vivir.

- Tú supongo que tienes 17, ¿no?

- Sí.- me asombró su intuición- ¿Cómo lo sabes?

- Soy clarividente.- dijo con sorna.

Ahí se produjo la primera, y seguramente última, pequeña carcajada de la noche y por parte mía. Fue unos segundos y enseguida callé. Hacía tiempo que a mis oídos no llegaba el sonido de la risa. No sé si lo hice porque me pareció absurdo o porque no sabía que contestar.

- Mi hermano- prosiguió- tiene la misma edad que tú.

- Entonces supongo que irá a mi clase.

- Sí...

Después de eso, no dijo nada más. Imaginé que no quería hablar más, así que no insistí en saber quien era.

Supuse que tendría más heridas por el resto del cuerpo, pero al terminar con la cara, me di cuenta de que se había dormido. Se le veía tan sereno, como si no le preocupara que mañana pudiese acabar el mundo. Al notar que me había quedado mirándole, me giré y me levanté de la cama.

Sorprendido por su fácil descanso, le dejé ahí y me fui al sofá a dormir sabiendo que al día siguiente me dolería la espalda.

Y en efecto, así fue. Mis quejidos atrajeron a mi madre, la cual estaba en la cocina.

- Hijo, ¿qué haces ahí?- preguntó sorprendida al encontrarme.

- Uy.- me hice el despistado. La actuación no es mi fuerte.- Creo que soy sonámbulo.

- ¿Y por qué llevas la ropa de ayer?- siguió interrogándome.

- Estaba cansado al venir y me eché enseguida.- me encogí de hombres para restarle importancia.- Ya sabes lo vago que soy.

Ella hizo una mueca y volvió a la cocina para seguir preparando el desayuno mientras le pedía a Dios paciencia.

Yo subí corriendo escaleras arriba y al llegar a mi cuarto ya no estaba mi invitado. La cama estaba hecha y todo parecía normal, como si nadie hubiera estado ahí.

Me pareció algo irreal, como un recuerdo lejano. ¿Y si todo fue un sueño?

❝Savior❞. jh&myDonde viven las historias. Descúbrelo ahora