out.¹³

6 1 0
                                    

      Yoongi lo esperaba impaciente. No tenía reloj, pero juraba que habían pasado más de 20 minutos. Mientras se preguntaba que se tramaba el chico, el estrepitoso ruido de un motor le sacó de sus pensamientos. Se asombró al ver al menor delante suya con una moto, bastante bonita.

- Cada vez me sorprendes más.

        Hoseok se giró con una sonrisa ladeada. Yoongi pudo observar que se había desajustado la corbata, seguramente por malestar. No fue hasta que le volvió a hablar que dejó de mirarle.

- ¿Te vas a subir o te da miedo?

          Para nada le aterraba el vehículo, pero no le gustaba que le machacaran el poco orgullo que le quedaban. Así que tampoco preguntó porque no llevaba casco. Aunque le importaba poco su seguridad, no quería que le pasara algo a él.

          Se subió a la parte trasera, agarrándose de la cintura del castaño, quien arrancó luego comprobar que ya estaba bien sujeto.

***

       El viaje continuó por la carretera hasta que llegaron a la costa. Si no hubiera sido por el ruidoso canto de las gaviotas o las olas del mar, un silencio sepulcral se hubiera hallado presente. No había ni un alma andante alrededor debido al reciente acontecimiento. 

        Yoongi observó el paisaje frente a él. El ambiente era totalmente diferente, tranquilo. Siguió a Hoseok a través de la espesa y húmeda arena hasta llegar a la orilla. Este se sentó y suspiró. Parecía cansado; sus marcas de debajo de los ojos eran de un tono morado rojizo, pero no resaltaban demasiado. El mayor le imitó.

- Creía que te vendría bien. Siempre me dicen que es bueno salir para despejarse un poco.- confesó nervioso. A lo mejor había sido algo imprudente. Seguro que le parecía una estupidez, pensaba.

- Cuando era más pequeño, venía aquí con mi padre. Él decía que cada vez que estaba alterado, venía, se sentaba y respiraba. Exhalaba aire fresco y así, podía volver más renovado al trabajo. Ahora le entiendo.- confesó agradecido por el chico-

    Hoseok sonrió ante sus palabras. Le tranquilizó saber que había acertado. Yoongi lo hizo inconscientemente. Lo hacía cada vez que le veía feliz. 

    Al rato, el moreno sacó una botellita de su chaqueta en la que la palabra soju escrita en hangul resaltaba en la vidriera. Hoseok le miró de soslayo, incapaz de decir nada.

   Comenzó a beber lentamente; un trago cada largo tiempo. El menor seguía mirándole expectativo, entre curioso por saber que pasaría e impaciente a que le ofreciera un poco. Sin embargo, este lo mantenía en su mano derecha y cada vez acercándolo más seguido a su boca. En menos de 15 minutos, se había terminado la botella y, aunque no fuera de gran tamaño, el soju era conocido por su fuerte impacto de alcohol.  Hoseok pudo notar el rubor en sus mejillas contrarrestando su piel blanquecina. 

     Un aura de nervios y algo incómoda se formó cuando se acercó a él y apoyó la cabeza en su hombro.

- Estoy cansado...- susurró con los ojos cerrados.

       Hoseok sonrió enternecido por el puchero involuntario que se le había formado. Unas gotas de lluvia comenzaron a caer sobre ellos, molestando a Yoongi que se quejaba diciendo que cerraran el grifo. 

- Hay que irnos.-  comentó intentando levantarlo.

      A este se le hacia muy pesado alzarse, así que el castaño le cogió de la mano tirando con fuerza para levantarlo. Tuvo que sujetarle hasta llegar a la moto porque YoonGi se tiraba de nuevo a la arena. Cuando subieron al vehículo, dejó caer todo su peso sobre el otro y selló sus ojos.

      Ese día Hoseok se dio cuenta de varias cosas: Yoongi era intolerante al alcohol, se volvía más cariñoso y sus manos eran muy suaves.




❝Savior❞. jh&myDonde viven las historias. Descúbrelo ahora