PRÓLOGO

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La luna y el sol se amaban con mucha fuerza, su amor era muy fuerte que  nadie los podía separar, esos fueron sus deseos; hasta que un día se les designó como vigilantes, el sol vigilaria a los seres vivientes de día y les daría luz, mientras que la luna vigilaria a los seres vivientes de noche ella velaria los sueños de todos, pero el sol y la luna se negaban a aceptar ese destino.

La luna lloró mucho dando así el origen de uno de los ríos mas grandes del mundo, se negaba a aceptar lo encomendado; en cambio el sol se resigno a estar solo y su tristeza fue en aumento, al ver como su amada sufría, por eso siempre trataba de mostrarse fuerte para que ella también lo fuera, pero no podía hacer nada para salvarla de su tristeza, cada vez la veía sufrir mucho y poco a poco encerrarse en su soledad; nisiquiera las estrellas que la acompañaban e intentaban consolar a la luna podían hacer mucho.

Fue así como un día desobedecieron su misión encomendada, se encontraron a escondidas  y tuvieron una noche de pasión.

Después de aquella vez no volvieron a verse jamás, tan solo le quedo a la luna sufrir su soledad, hasta que descubrió que tendría un hijo del sol, fruto del amor que se tenían; la luna por medio de las estrellas le comunicó al sol que serían padres, ambos estaban muy emocionados, hasta que llegó aquel atardecer, la luna había dado la vida a un hermoso niño de cabellos plateados como los rayos de luna, con la piel pálida y los ojos de color amatista, el sol se había quedado sorprendido, era igual de hermoso que su madre pero lo que los diferenciaba, era que el pequeño desprendía calidez como el sol.

Los orgullosos padres decidieron ponerle de nombre Zero, estaban muy felices por el nacimiento de su hijo, hasta que una estrella les aviso que Izanagi sama venía.

La luna muy triste escondío al bebé en lo profundo del bosque, mientras el sol se escondía para dar paso a la luna, no sin antes despedirse de su amada y decirle que el lo cuidaria de día, le prometió que el  haría de todo para que nadie lo lastime, y así fue como ambos padres lo cuidaban cada uno en sus respectivas horas, la luna y las estrellas lo arrullaban para que duerma, mientras el sol le hacía jugar todo el tiempo; se sentían muy dichosos con su hijo, ahora no estarían solos recordandose uno al otro, ahora ese pequeño niño los unía.

Zero le entregaba al sol la belleza y serenidad de la luna, en cambio a la luna le entregaba la alegría y calidez del sol, era un puente que los unía a ambos, además de que aquel niño pasaba los mensajes de amor que sus padres se mandaban; el niño había crecido fuerte y sano, muchos seres
lo habían visto, mas aún los hombres lobo que habitaban por ésos bosques, muy pronto se levantaron leyendas sobre aquel hermoso muchacho que vivía en lo profundo del bosque, ambos padres preocupados decidieron llevárselo de aquel lugar pero el joven no quiso, le gustaba vivir allí y para que se quedara había prometido no dejarse ver por nadie. Los padres aceptaron aunque les dolía ver a su hijo sólo por toda la eternidad.

Aunque eso iba cambiar gracias a un hombre lobo, de cabello castaño y ojos borgoña, que buscaba con desespero una cura para su mamá.

Como sabrán quite esta historia, tenía huecos en la trama y aveces las cosas ocurrían demasiado rápido, sin demasiada explicación, así que decidí volver a escribir la historia y tal vez se aumenten nuevos capítulos.

Sin mas me despido con muchísimos 💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋🙋🙋🙋🙋.

AULLIDO DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora