"La reforestación de Asia Menor y Mesopotamia ha sido completada con éxito, se procede a introducir las nuevas especies endémicas".
"El proceso de desertificación de la Patagonia se ha completado en un 70%, existen algunas complicaciones orográficas, será necesaria la implementación de excavadoras TR-26 para continuar".
"Faltan 57 días para el primer huracán de la temporada en el hemisferio occidental. La simulación indica que los daños por la tormenta en los seres vivos serán cuantiosos, es necesaria ionización de la estratosfera en 3 días en el Cuerno de África, en 10 días en el Ecuador Atlántico, en 30 días en China oriental y en 55 días sobre la Micronesia. La tormenta verá reducida su intensidad en un 63,7%".
"Entrada del asteroide R4-2367 prevista en 3h, 21', 33", redirección de ruta confirmada, la plataforma de extracción de paladio en el Pacífico norte está preparada para iniciar su actividad".
Roger se desconectó de la Gran Mente Unificada y recuperó su ego. Se habían tomado decisiones sumamente importantes durante aquellos meses, aunque para él pasaron como un suspiro. Los algoritmos de percepción del tiempo aún no funcionaban correctamente, los desarrolladores llevaban, literalmente, siglos corrigiéndolos.
La Gran Mente Unificada funcionaba como una consciencia propia. No poseía componente egoísta y se dedicaba enteramente a la gestión de la sociedad. Todas y cada una de las decisiones importantes tomadas en el Sistema Solar pasaban directamente por la GMU, con un retraso máximo de 2,678 femtosegundos. Por supuesto, las decisiones individuales no tenían por qué ser transferidas a la GMU, lo que agilizaba su trabajo.
La existencia dentro de un ordenador se volvería monótona si no fuera por La Simulación, el entorno virtual que recreaba al detalle la percepción (no únicamente humana) de la realidad en infinidad de entornos creados artificialmente. En otras palabras, "el Cielo". Allí los individuos podían experimentar cualquier cosa imaginable, desde el dolor más horrible y angustioso hasta el sumo placer, desde la perspectiva de un insecto hasta la de una bestia de fantasía. Al menos un billón de individuos permanecían perpetuamente en La Simulación, experimentando realidades infinitas durante toda la eternidad. Este programa no solo se trataba del mayor parque de atracciones jamás creado, sino de la plataforma en la cual los individuos se relacionaban entre ellos y con el mundo exterior. Cuando un individuo como Roger quería visitar el mundo exterior, simplemente deseaba hacerlo y seleccionaba un avatar, ya fuera un dron, un robot humanoide o una maquina gigante que manejaba a voluntad.
Roger recordó a los testarudos Sapiens que rechazaron su propuesta, automáticamente el algoritmo de curiosidad se activó y sintió deseos de volver a verlos. De las 37 tribus de Norteamérica ellos habían sido los únicos en rechazar el traslado. Las tareas de exterminio y repoblación del subcontinente no empezarían hasta dentro de ocho meses, por lo que no había necesidad de buscar a la tribu aún. Sin embargo, Roger no quería perder la oportunidad de estudiar a la única tribu en miles de kilómetros a la redonda que había tomado esa resolución.
"Cuán obstinados son estos Sapiens, no es de extrañar que fueran la especie más exitosa de su tiempo" pensaba Roger, "aunque su misma ventaja será su perdición, la reserva que se ha preparado para ellos es mucho mejor que estos baldíos y contarán con la ayuda de otros grupos, incluso podrán construir una mejor Intranet. Pese a todo, este clan ha decidido ir contra corriente y renunciar a todas esas ventajas, incluso después de que, seguramente, contactaran con las otras tribus para informarles de su decisión"
Roger consiguió un avatar humanoide y lo atavió conforme al atuendo de los Sapiens. Cuando llegó al lugar, el asentamiento había desaparecido, solo quedaban los restos de las hogueras y algunos edificios de barro, lo cual indicaba que la vida nómada no les era desconocida. Por el aspecto general del lugar parecían haberse marchado hacía ya unos cuantos meses. "Fascinante, ¿acaso piensan huir?". Roger analizó el terreno y encontró un rastro, lo siguió. El avatar humanoide era uno de los más versátiles y resistentes de todos, no solo otorgaba la movilidad y utilidad de la forma humanoide, también una velocidad y fuerza inalcanzables para una criatura de ese tamaño.
El rastro se prolongaba cientos de kilómetros, quizás más de mil, Roger había errado en sus cálculos, estaban mucho más lejos de lo que esperaba. Se dirigían al sur a un ritmo inusitado, prácticamente trazando una línea recta. Casi con total seguridad estaban tratando de salir de Norteamérica a través de México. "Fascinante" pensó Roger.
Los Sapiens habían acampado en el delta del Mississippi, no a muchos kilómetros de las ruinas sumergidas de Nueva Orleans. Roger activó la visión lejana y los observó un rato. Pescaban, hacían hogueras y reparaban sus utensilios. Probablemente permanecieran allí varios días para descansar y recabar víveres. Roger había tomado su decisión dos días atrás, cuando comenzó su búsqueda, se haría pasar por un Sapiens solitario y se uniría a ellos. "¡Por la Ciencia!".
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Los últimos ojos vivos
Fiksi IlmiahEl futuro resultó demasiado brillante para los humanos, sus imperfecciones eran demasiado evidentes y las máquinas absorbieron su proyecto.