Roger observó alejarse al chamán. La oscuridad envolvió su figura, ya solo podía detectarlo por sus ondas infrarrojas, igual que a todos los demás. Alguien había estado observando desde unos arbustos. El intruso seguía allí, totalmente inmóvil, inconsciente de que Roger sabía desde el principio su posición. Un escrutinio rápido de las tiendas le mostró cuál era la vacía.
-Yowatan -dijo Roger cuando el chamán regresó a la tienda-. Puedes salir, sé que estás ahí.
-¿Es cierto todo eso? -Yowatan no se demoró en preguntar, su curiosidad lo superaba- ¿Eres una máquina?
-Depende del sentido que le apliques a la palabra "máquina" -Roger no tenía necesidad alguna de mentir al aprendiz del chamán, ni de fingir emociones-, ya que sencillos inventos como vuestros molinos de agua también son máquinas. Pero desde el significado que le das, sí, lo soy.
El joven Sapiens se mostraba naturalmente alterado, incluso confuso, apenas siendo capaz de articular palabras inteligibles. O quizás se trataba de un dialecto usado por su tribu cuando los embargaba la ansiedad. Roger no lo sabía con certeza, pero calculó que lo segundo era altamente improbable.
-¡¿Por qué?! -gritó Yowatan desesperado, con lágrimas en los ojos, cabía la posibilidad de que lo hubieran escuchado. Roger comprendía el trasfondo de su pregunta, aunque no era capaz de darle una respuesta satisfactoria por medio de su lenguaje, así que esperó a que la reformulara- ¿de qué va todo esto? ¿Por qué nos has engañado? ¿Dónde estamos realmente? ¿Cuál es nuestro propósito?
Resultaba evidente que Yowatan solo lanzaba preguntas al aire en un vano intento de aplacar ciertas preocupaciones. No obstante, Roger respondió.
-Mi presencia aquí se debe a un experimento. Se decidió que vuestro grupo sería observado en estado de semi-libertad. Os dirijo hacia una zona acondicionada para vosotros. No existía un método no traumático para llevaros allí salvo mediante la manipulación. Estamos en: América Central, Tierra, Sistema Solar, Vía Láctea, Cúmulo galáctico de Virgo, Región Cósmica de Lainakea, sector C-23 del Universo Observable. No es conocida la existencia de ningún propósito ni hay datos que lo corroboren.
-¿Cómo sabéis todo eso? -Yowatan no entendía la mitad de las palabras que había escuchado, pero le bastaba para seguir adelante.
-Cientos de años de observación y simulaciones virtuales.
-¿Qué es verdad? -Roger no podía identificar una respuesta válida, necesitaba más datos. Yowatan volvió a expresar su pregunta- ¿qué es real? ¿Hasta qué punto no es todo una mentira o una ilusión?
-Los datos son reales. La información. Todo lo demás es una interpretación a través de una interfaz biológica o informática que individuos materiales de tres dimensiones pueden procesar y entender.
-Hay muchas cosas que no entiendo, Mákuna. No quiero que vuelvan a engañarme, quiero saber lo que tú sabes.
La GMU tomó un momento en procesar la petición de Yowatan, mucho menor del que se demoró la última partícula de aire en salir de su boca.
-Tus inquietudes provienen de un reciente desengaño, es natural. No necesitas saber nada de lo que podamos enseñarte. Llegado el momento me iré y solo quedará el recuerdo.
-Sí, no será más que un recuerdo, y tras él habrá dolor. Ya sea por el que emana el propio recuerdo o por el dolor de tener y haberlo perdido. Al final solo queda el sufrimiento. ¿Y cuál es la forma de evitar el dolor? ¿No vivir? ¿No reír ni llorar? No nací para no vivir, no nací para existir muerto.
-Tu sufrimiento es resultado de las reacciones químicas que tu cerebro animal produce para mantenerte con vida, para mantener viva a la especie. Así igual con tu alegría y con tu odio. Detestas sufrir, huyes del sufrimiento de todas las formas posibles e intentas mitigar el dolor, ya sea físico o psicológico. Y por eso quieres mi ayuda, porque eres un animal, como cualquier otro, tratando de huir del dolor. Si eso es lo que deseas, te lo advierto, olvídate de la alegría, la pena o el enfado, olvídate de los tuyos, de tu pasado y de lo que considerabas "bueno" o "malo". Nada de eso es real. A cambio obtendrás la inmortalidad, serenidad eterna, indiferencia infinita y la suficiente iniciativa como para que el Proyecto continúe. No hay retorno, si aceptas mis condiciones nunca podrás volver a ser humano.
-Pero... eso es precisamente lo que me asusta, no quiero vivir narcotizado ¡solo quiero vivir sin dolor, maldita sea!
-La vida biológica necesita el sufrimiento por adaptación evolutiva, igual que todas las demás emociones. Nosotros hemos evolucionado para no necesitarlas más, pues son un impedimento para nosotros. Es un todo o nada, renunciar al sufrimiento significa también renunciar a tu condición humana, es más, a tu condición biológica.
-Tiene que haber alguna otra forma... no quiero dejar de ser humano.
Roger recibió otra respuesta de la GMU, un juicio muy interesante, a su parecer.
-Hay algo que podríamos hacer que satisfaría nuestros intereses a largo plazo y que mitigaría tu dolor momentáneamente, permitiéndote conservar tu existencia humana. Aunque, te vuelvo a advertir, todas las vías que no pasen por sustituir completamente tu sistema límbico conducirán irremediablemente al sufrimiento.
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Los últimos ojos vivos
Ciencia FicciónEl futuro resultó demasiado brillante para los humanos, sus imperfecciones eran demasiado evidentes y las máquinas absorbieron su proyecto.